Aclaración: Obviamente, no está en el ánimo del autor de esta modesta "opinión" aludir, hoy, a las consecuencias clínicas de la letal plaga que nos ha tocado padecer. No. Porque, entre otras razones, disponemos de unos muy cualificados facultativos, muy comprometidos con la labor médica de cuidar la salud de todos.

Por el contrario, sí nos proponemos someter a juicio crítico las consecuencias informativas -que no efectos clínicos- de una enfermedad de la que todos somos víctimas, potenciales o tangibles. En aras del… "juicio crítico" que dejamos -invocado y que nos proponemos llevar a efecto- tenemos que hacer expresiva, en primer lugar, nuestra satisfacción por que -con toda justicia y merecimientos a nuestro juicio- la pandemia haya devenido en… ombligo del mundo en términos informativos. Ouséase: En el suceso que -hoy por hoy- tiene visos de ser el que más tinta está haciendo correr en las rotativas de todo el mundo mundial.

Pero, además, de la susodicha (pandemia) traen causa -con más frecuencia de la deseada- determinadas "secuelas" de estricta naturaleza informativa. Y, cuando ello sucede, Las Tendillas entiende que el tratamiento que se viene dispensado a las dichas "secuelas informativas" (léase "efectos" de la pandemia) resulta manifiestamente mejorable. Perfectible. Tratamos de ilustrar nuestro criterio mediante análisis del tratamiento que se viene dispensado a alguna de las dichas… "secuelas": Como consecuencia de la pandemia, mucho se habla -y se sigue hablando y escribiendo- sobre la falta de médicos. Todo quisque quiere más médicos. (Y, posiblemente, el autor de esta "opinión", también). Pero, si nos fuera dado el poder elegir entre "más médicos" o "menos contagiados", con seguridad que un servidor -como cualquier terrícola con la sesera encima de los hombros- se decantaría por la segunda de las opciones. Por una razón muy simple: Sin enfermos, sobran médicos.

En consecuencia, para el tratamiento y eliminación del covid-19 precisamos médicos. Obvio. Pero, sobre todo, precisamos de una política tendente a protegernos de quienes, de manera irresponsable -cuando no intencionada- son causa de transmisión y expansión del mortífero virus. Es así porque con la pandemia sucede como con la quema de montes: El problema no es susceptible de solución creando parques de bomberos… mientras haya un solo sujeto que campa por sus respetos para incendiar intencionadamente.