Mensaje en la botella

Una oportunidad histórica para Córdoba

En un tiempo récord, Córdoba y su provincia han sido capaces de armar una candidatura sólida para acoger la base logística del Ejército de Tierra. La propuesta -cuya autoría hay que atribuírsela sobre todo a la Universidad de Córdoba, hay que decirlo- gustó desde el primer momento al Ministerio de Defensa, que no ha tardado demasiado en tomar una decisión y adjudicar a la ciudad un macroproyecto de estas características.

Los cierto es que todo ha venido rodado por varias circunstancias. La primera, que desde el inicio el Ayuntamiento de Córdoba buscó el máximo consenso social e institucional, de manera que nadie se sintiera desplazado de una candidatura que, de salir adelante, supondría un antes y un después en la provincia. La segunda, que dado el poco tiempo transcurrido desde que se decidió optar a la base logística hasta que el Gobierno se ha pronunciado, nos hemos evitado la tentación -tan cordobesa- de vender la piel de oso antes de cazarlo y de generar unas expectativas que se hubieran quedado en decepción -ya ocurrió en 2016 con la Capitalidad Cultural Europea- en caso de que la suerte nos hubiera sido esquiva.

Así las cosas, la consecución de ese espacio de innovación y tecnológico de la mano del Ejército de Tierra debe ser una oportunidad para Córdoba, una iniciativa que no podemos permitirnos el lujo de desaprovechar y que tiene que venir a paliar el déficit de esta tierra en materia de empleo e industria. Ahora, aunque ya se ha dicho por parte de todos, arranca un trabajo arduo que las instituciones tienen que desarrollar sí o sí. Una labor que la sociedad cordobesa tiene que exigir porque no es el momento ni de errores ni de paños calientes. Vendrán tiempos difíciles -no quiero ni pensar en el proceso de expropiación de suelo con el pasado que arrastra la ciudad- y en ocasiones serán nuestros representantes políticos los que tendrán que alzar la voz ante otras instancias -por muy amigas que sean desde el punto de vista ideológico- para que todo fluya como debe.

Además de la adquisición de terrenos, Córdoba necesita ahora más que nunca el desarrollo completo de la Variante Oeste. Ya no valen medias tintas ni podemos conformarnos con una carta de la Junta de Andalucía al Gobierno central y con la voluntad de este último expresada solo en sede parlamentaria. Toca remangarse, exigir, comprometer la acción de todos para que esta carretera sea una realidad lo antes posible. Y es así no solo porque es una infraestructura fundamental para el espacio logístico, sino porque la dejadez y el conformismo durante años nos ha llevado a reclamar ahora de forma urgente una vía que hace muchos años que debería estar terminada.

En los próximos meses nos van a seguir bombardeando con el impacto que este nuevo proyecto dejará en la provincia, con una inversión de 350 millones de euros y miles de empleos. En cualquier caso, todo ese autobombo no debe solapar la realidad, que no es otra que Córdoba tiene aún muchas cosas por hacer para que este complejo militar esté plenamente operativo. Lo que también está claro es que si esa unidad de acción que se ha visto no se resquebraja, tendremos mucho terreno ganado, sobre todo porque los ciudadanos nos entenderíamos que tras un éxito de estas dimensiones, los partidos políticos sacaran a relucir de nuevo sus miserias y utilizaran este proyecto como arma electoral. Ojalá que no.

Ya que, por una vez, esta tierra ha dejado de estar lejana y sola, pongamos todos de nuestra parte para que esta oportunidad histórica que tenemos por delante no la estropeemos. Córdoba es como es y, cuando nos lo proponemos, somos capaces de lo mejor. Pero claro, hay que querer.

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