La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Tanto monta Hasel como Medina

Celebrar a ETA, Al Qaeda, los nazis o el Holocausto debe ser delito. Ojalá esta señora acabe donde Hasel

Tanto montan Hasel y sus defensores como los 300 nazis, fascistas y falangistas del homenaje a la División Azul. Jaleadores de asesinos son ambos. Hasel enaltece a ETA, el Grapo o Al Qaeda, desea la muerte con bombas o tiros en la nuca a políticos, jueces y periodistas o celebra la muerte de un torero en el ruedo (pasando también de las palabras a la acción: fue condenado por agredir a un periodista de TV3). En la primera sentencia dictada contra él los magistrados concluyeron que "no es admisible en el ámbito de la libertad de expresión incitar a la violencia, o realizar un discurso de odio, como es la alabanza o justificación de acciones terroristas y el deseo de nuevas actuaciones de los grupos terroristas". Los amigos y defensores de Hasel provocaron el martes disturbios, destrozando el mobiliario de la Universidad de Lérida y protagonizando graves incidentes en Gerona, Lérida, Reus, Vic y, sobre todo, Barcelona, que sumaron 33 heridos y 14 detenidos a los daños materiales. También tiene defensores en el Gobierno de España, vía Unidas Podemos, y en el Congreso, donde un diputado de la CUP reprodujo una de sus canciones desde la tribuna de oradores.

El homenaje a la División Azul tampoco es admisible en el ámbito de la libertad de expresión y espero que la Justicia actúe también contra ellos por celebrar el apoyo de los falangistas españoles a Hitler y sobre todo por las repugnantes y vomitivas palabras que pronunció Isabel Medina Peralta, por lo visto miembro de una zombi -que no resucitada- Sección Nacional Femenina, que ladró o escupió (porque estos discursos no se dicen: se ladran o se escupen) estas infamias: "Es nuestra suprema obligación luchar por España y por una Europa ahora débil y liquidada por el enemigo, el enemigo que siempre va a ser el mismo, aunque con distintas máscaras: el judío. Porque nada hay más certero que esta afirmación: el judío es el culpable". Esto es mucho más grave que el negacionismo del Holocausto: lo celebra y desea que vuelva.

Las letras y tuits de Hasel son un discurso de odio que enaltece -sumando ETA, Grapo y Al Qaeda- a los causantes de miles de muertes en todo el mundo y desea nuevas muertes. El acto de Madrid y las palabras de Isabel Medina Peralta enaltecen al nazismo que exterminó a seis millones de judíos y 500.000 gitanos, y vuelve a señalar al judío como enemigo. Ojalá acabe donde Hasel está.

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