Tinta y borrones

La mayoría silenciosa

La mayoría de trabajadores sigue percibiendo el mismo salarios o incluso menos

Miles de personas salieron a la calle el pasado fin de semana para reclamar unas pensiones dignas para nuestros mayores. El drama que sufren miles de familias cuando llega la jubilación, sobre todo en estos duros años de crisis, es una realidad que ha acabado colmando la paciencia de los que se han convertido en el único sustento de sus más allegados cuando la cosa estuvo bastante apretada. Desde hace prácticamente un año sólo escuchamos mensajes triunfales de mejora de la economía, de que España crece al mayor ritmo de Europa, de que se está creando empleo. Una realidad que será así en términos macroeconómicos, pero que no llega a los ciudadanos y que es lo que está provocando este descontento social que el Gobierno debe hacerse mirar. La mayoría silenciosa ya no es tan silenciosa y gran parte de ella está ahora saliendo a la calle porque esto nos afecta a todos. Mirar para otro lado o esperar a que esto se arregle por sí solo no parece una opción.

El discurso económico siempre ha sido el gran aval del Estado y es cierto que la economía ha dado un giro de 180 grados en los últimos años. Sin embargo la inmensa mayoría de los trabajadores sigue percibiendo los mismos salarios o incluso menos porque no se han recuperado los recortes que muchas empresas hicieron en su momento. Un estudio del sindicato CCOO alertaba incluso de que ahora los empleados cobran hasta un 4% menos que antes de la crisis. A los pensionistas les congelaron las pensiones y ahora se la quieren subir un euro. Un euro. Nos acostumbramos a pensar que la cosa estaba regular y que bastante teníamos con tener trabajo. Pensamos que era lo que tocaba y no reclamar, porque podía ser peor. Nos convencimos de que había que aguantar así porque no quedaba otra. Nos resignamos y asumimos que ya no podríamos vivir como nuestros padres. Accedimos a irnos de España para trabajar. Creímos, incluso, que puede que no lleguemos ni a tener pensiones.

Y mientras la inmensa mayoría de la población hacía un esfuerzo trabajando más tiempo y cobrando menos, los políticos salían triunfales con cada dato positivo de empleo o de crecimiento de la economía. Pues esa mayoría silenciosa que ha tragado porque no le ha quedado más remedio, la de mejor me quedo como estoy, parece que se ha cansado de resignarse mientras otros se ponen la medalla de la gestión económica. No habrá recuperación hasta que no llegue a las familias y ese debería ser el único objetivo de todos los gobiernos.

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