Tomates y calabazas

Lourdes Chaparro

lchaparro@eldiadecordoba.com

Bajo la lluvia

Todo regreso a las aulas es diferente, pero este curso aún más por la pandemia del covid-19

Y justo cuando el rector de la Universidad de Córdoba (UCO), José Carlos Gómez Villamandos, estaba pronunciando su discurso de apertura oficial del curso se puso a llover. ¿Casualidad, mala suerte? Sea como fuere, el rector no se amilanó y continuó con su discurso -eso sí, protegido bajo un paraguas previsto- y fueron unas gotas que cayeron sobre el teatro griego del Campus de Rabanales que bien parecieron presagiar que hay que estar al cuidado en cualquier momento, que el covid-19 sigue latente y ya está causando estragos en las aulas, apenas unos días después de que se llenen de vida tras seis meses de parón. Por cierto, que en esta inusual apertura del curso académico sonó Bésame mucho, un buen tema para este tiempo de pandemia en el que se echan mucho de menos los besos, pero también los abrazos.

Esta vuelta al cole es diferente. Bueno, todo regreso a las aulas es diferente de un año para otro, pero este curso aún más por la pandemia. El miedo es libre, pero el SARS-CoV-2 también. Por eso, resulta ya demasiado cansino escuchar a los grupos de la oposición que el Gobierno lo está haciendo mal y éste que se trabaja en ello de la mejor forma. Resulta muy incómodo -no saben cuánto- que desde las administraciones educativas no lo pongan demasiado fácil a la hora de confirmar casos de contagio en las aulas y que sean los propios centros educativos los que se encarguen de notificar su situación. ¿Tan difícil es exponer unos datos?, ¿en serio, no hay manera? Bueno, si se tiene en cuenta que los datos oficiales que ofrece cada día el Gobierno central con las víctimas mortales no hay por donde cogerlos, pues ya me dirán qué se puede pensar de una administración menor que, por cierto, tiene las competencias transferidas.

Y todo, en pleno inicio del curso al que hay que sumar la huelga que está convocada para hoy viernes. Un parón educativo cuando apenas llevamos una semana de docencia para reivindicar cuestiones en las que se vienen trabajando -o eso argumentan- desde el verano. Una huelga jaleada por sindicatos de enseñanza y el de Estudiantes -que no falte- para pedir un regreso a las aulas seguro más de una semana después y en la que reclaman también la más que necesaria bajada de la ratio y contratación de profesores. Una protesta en la que se quiere demostrar el poder de la enseñanza a pesar de la pandemia y dejar en evidencia las carencias de un sector clave en el futuro de todos. Una protesta a la que habrá que ir también con un paraguas.

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