Tomates y calabazas

Lourdes Chaparro

lchaparro@eldiadecordoba.com

Los "listos" de la vacuna

Saltarse el protocolo no es de recibo, pero no es solo eso, es la desvergüenza de intentar justificarlo

Si la gestión de la pandemia por parte del Gobierno central sigue en entredicho, el reparto de las vacunas no va a ser menos, pero aún es peor el hecho de que alcaldes, gerentes, funcionarios y consejeros se pasen por el forro todos los límites de la ética que existen para vacunarse contra el coronavirus.

De nada sirve pedir perdón tras los hechos consumados y a sabiendas de que, ya por lo menos, se han llevado el primer pinchazo, que luego vendrá la segunda dosis, pero ya lo peor ha pasado y nadie me va a decir nada. De nada sirve dar explicaciones que, grosso modo y a simple vista, pudieran parecer razonables o que se iba a perder una dosis. ¡Venga ya! Pero qué tremenda casualidad que les toque a ellos y no a otros. De nada sirven los argumentos esgrimidos porque quienes han protagonizado este vergonzoso acto, por calificarlo de alguna manera, porque no merecen la más mínima consideración y respeto. ¿Qué pasa, que por ser alcalde o por ser consejero o la mujer de este último se es más que el resto de personas? Eso de saltarse el protocolo no es de recibo, pero además de eso, tienen la desvergüenza de hacerlo e intentar justificarlo.

El consejero de Sanidad de Murcia ya ha dimitido y Ferraz ha abierto expediente de suspensión cautelar de militancia a los regidores socialistas que han corrido más de la cuenta. Y, esto último ¿qué es, un toque de atención, en serio? ¿Qué legitimidad tienen de seguir al frente de sus puestos? O peor aún, ¿qué legitimidad tienen de seguir defendiendo sus siglas políticas cuando lleguen la hora de las elecciones?

Estaría bien que alguien les dijera a todos ellos -no creo que por ellos mismos sean capaces de darse cuenta del mal ejemplo que han dado y de que es inaceptable lo que han hecho- que hay millones de personas en España que estamos esperando como agua de mayo recibir la dosis de Pfizer o la de Moderna, que hay miles de personas dependientes, personas con enfermedades crónicas que van y vamos a aguantar de la manera más estoica que podamos -realmente no queda otra opción- a que llegue nuestro turno para que nos inmunicen y no vamos a saltarnos el turno que nos adjudiquen, si es que llega alguna vez. Si no, habrá que redoblar la dosis de la vacuna contra todo este tipo de personas, que ya les vale.

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