Crónica levantisca

juan Manuel / marqués Perales

Y 30 líneas

SI los jueces y los legisladores fueran los encargados de redactar los prospectos de los medicamentos, nunca sabríamos si las aspirinas convienen tomarlas antes o después del desayuno. Si ellos fueran los responsables de dibujar las instrucciones de Ikea, desconoceríamos si lo que tratamos de montar es una mesa o una cama, o si la cama también sirve para comer y la mesa para dormir. Los autos, como las sentencias, son el abuso del queísmo; las comas parecen haber sido espolvoreadas desde un helicóptero, y los gerundios rematan estos cantos a la confusión.

El artículo 118 bis de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, utilizado por la juez Mercedes Alaya para señalar la imputación de Chaves y Griñán, tiene una extensión de tres líneas. Dice esto, con perdón: "Del mismo modo que en el artículo anterior se procederá cuando se impute un acto punible contra un diputado o senador, los cuales podrán ejercer su derecho a la defensa en los términos previstos en el artículo anterior, y todo ello sin perjuicio de lo previsto en el artículo 71.2 de la Constitución".

Pues bien, ¿se deduce de ello que un juez puede investigar a un diputado aforado? No. Pero, amigo, las tres líneas de folio A4 que mide el artículo cuenta con una exposición de motivos de 30. Es decir 30 líneas necesita un artículo de tres para ser entendido. La exposición de motivos es gloriosa, porque derriba algunos preceptos que hasta ahora dábamos por conocidos. Mantiene que el estatuto de imputado no requiere del suplicatorio, puesto que el permiso del Congreso o del Senado sólo se necesita para inculpar o procesar. Textualmente. Por tanto, cuando la juez Alaya llama en su auto a esos seis aforados "en calidad de imputados a tenor del artículo 118 bis" no se equivoca, lo cual supone el remate del polisémico término de imputado. Por favor, ¿algún jurista es capaz de explicar en este país cuántos tipos de imputación existen en nuestra legislación?

Alaya acierta a tildar de confuso ese artículo, pero, si como parece, ha leído y estudiado la exposición de motivos, sabrá que el 118 bis sirve para cuando medie "una denuncia o querella" contra el aforado porque, en realidad, lo que trata de evitar son "denuncias o querellas maliciosas" que, simplemente, buscan el daño político. La instructora lo resuelve afirmando que su resolución es "asimilable a la admisión a trámite de denuncia o querella". Ea.

En fin, que seguimos sin saber si una imputación es una aspirina o un puro, una garantía o una inculpación encubierta.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios