Una ley educativa: Con “faltas”

El legislador incurre en doble “falta”: De ortografía y de respeto al Rey de España

EN la publicación del pasado sábado, el autor de la misma “opinaba” sobre norma legal a la que atribuyó la condición de especifica, por estar dotada de nombre y apellidos: “Real Decreto 217/2022, de 29 de marzo…”. El legislador –léase doctor don Pedro Sánchez y sus fieles compinches– tuvo la original –e insólita– ocurrencia de bautizar la dicha norma con dos apelativos: A saber: “Real Decreto” (mayúsculas). Y “este real decreto” (minúsculas). Ello supuesto, el legislador incurriría en aparatosa –o escandalosa– “falta de ortografía”.

Reconocemos la existencia del nombre común “real decreto” (minúsculas iníciales). Obviamente, no es el único: Los términos “ley”, “día”, “don” “tienen la condición de “sustantivos comunes”. Pero… cada cual puede devenir en “nombre propio”. O, en el decir de La Academia, en “… nombre…/… que designa un único ser”. Así: El “nombre común” “ley” puede devenir en “Ley”, “nombre propio”, como en “Ley de Enjuiciamiento Civil”. El sustantivo común “día” puede pasar a “propio”, como sucede con el periódico El Día de Córdoba. Respeto del “sustantivo común” “don” sigue siéndolo si aludimos a “don Juan” director del dicho periódico. Pero devendría en “nombre propio” (mayúsculas iniciarles) al designar la ciudad de Don Benito.Con el sustantivo “real decreto” (iniciales minúsculas) sucede lo mismo: Es “nombre común”. Pero devino “propio”. Y ello porque no solo tiene… un “nombre y apellidos”. Contiene, además y expresamente: Un número de identificación; el año, día y mes de su… nacimiento (?). A saber: 217/2022, de 29 de marzo. En consecuencia, –y según La Academia– el dicho sustantivo común deviene “propio” por cuanto que “… designa un único ser”.

A juicio de Las Tendillas, procede distinguir entre “real decreto” ya existente y los pendientes de elaboración. En los… “existentes” concurre: Son, en todo caso, “nombres propios”. Y los firma el Rey. Los pendientes de elaboración son “comunes” y carecen de firma. Escrito está: En la norma –con… “nombre propio” y apellidos– que motiva esta publicación, el legislador alude a la misma reiteradamente con el apelativo “este real decreto”. Como si de un “nombre común” se tratara.

En consecuencia –y a juicio de Las Tendillas– el legislador incurre en doble… “falta”: De ortografía y de respeto al Rey de España. Y a todo quisque.

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