En tránsito
Eduardo Jordá
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Vamos a avanzar con determinación con o sin apoyo de la oposición, con o sin un concurso de un poder legislativo”. Lo ha dicho. Y ha sido aplaudido por el Comité Federal del partido que se ha cortado a su medida, con cuidado de que no le tiren las sisas de los críticos o le apriete el tiro de la prensa, de la oposición y de la separación de poderes haciendo que, como dice con gracia un sastre mejicano en su web, “todo ese arsenal que cargas en medio de las piernas no tenga el espacio suficiente”. Una vez dicho y jaleado por los aplausos, solo queda esperar a ver como se aplican estas y otras decisiones expuestas ante el Comité turiferario. No se comprende como no se multiplicaron toses y hasta mareos con tan espesas nubes de incienso.
En la tan fallida como divertida Casino Royale, Woody Allen, el malvado y bajito Jimmy Bond, alias Dr. Noah, planea esparcir un virus que matará a todos los hombres que midan más que él. Algo muy parecido ha hecho intelectual y políticamente Sánchez con su partido. Los que tienen más talla que él fueron decapitados o se agachan para no serlo. Como en la corte del rey de Tailandia, ninguna cabeza puede sobresalir sobre la suya. Si son más altos, se agachan. Si el rey se sienta, se tienen que poner de rodillas. En las redes pueden ver una fotografía de los reyes tailandeses viajando sentados en el metro de Bangkok rodeados por sonrientes ministros y militares sentados en el suelo para no rebasar su altura).
Así están las cosas. Y no solo le aplauden los turiferarios del Comité Federal, también la mayoría de sus votantes, convencidos de las bondades de su gobierno, de que –como dijo ante el Comité– “España vive uno de los mejores momentos de las últimas décadas”, de que toda crítica es manipulación urdida por la derecha y sus terminales mediáticas y de que frente a él ruge el monstruo de la fachosfera, de la derecha neoliberal del PP fascio contaminada por Vox que –dijo también– “pretende destruir los avances sociales logrados en las últimas décadas, invoca el miedo y el odio, difunde bulos y aspira a desmontar el estado del bienestar que se levantó con tanto esfuerzo”.
Para quienes creen su discurso cualquier cosa, hasta él en el caso de los más escépticos, es preferible a este dragón facha que escupe odio, defiende los tesoros de los ricos y devora los avances que dan bienestar al pueblo.
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