La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Entre imbéciles e hipócritas andamos

Se condenan el imperialismo, el esclavismo y el colonialismo… Pero sin renunciar a sus frutos

Le llegó el turno de la censura políticamente correcta a Agatha Christie: por voluntad de su bisnieto, "para que nadie sea lastimado" y "acabar con el racismo", Diez negritos se llamará en Francia Eran diez y se eliminará esta palabra las 74 veces que parece en la novela. Si se ha manipulado o censurado a Shakespeare -un Otelo en la que es Desdémona la que mata al moro de Venecia (vaya por Dios, otra cosa que habría que cambiar)-, a Mark Twain o Lo que el viento se llevó y si se ha pedido que se retire a Platón de los planes de estudio, ¿por qué habría de salvarse la reina de la novela detectivesca?

En 1940 las ediciones estadounidenses ya habían cambiado el título inglés (Ten Little Niggers) por And Then There Were None y la canción infantil que le daba título por Ten Little Indians que, finalmente, acabó titulando la novela en Estados Unidos. Como And Then There Were None la llevó al cine René Clair en 1945 y como Ten Little Indians fue filmada por la cadena NBC en 1959, George Pollock en 1965 y Peter Collinson en 1974. Sin contar una versión guarrona de 1985 titulada Diez doncellitas. La novedad es la importación de la tontería americana a Francia.

A la estupidez se une la hipocresía en el caso del British Museum: han retirado el busto de su fundador, Sir Hans Sloane (1660-1753), por esclavista. No sé si también se quitará su nombre a las Sloane Square y Sloane Street que guardan la memoria del médico, naturalista, coleccionista y académico cuyo legado fue el punto de partida del British Museum, la British Library y el Natural History Museum que se desgajó del British. El presunto mamarracho que lo dirige ha dicho que "el British Museum ha trabajado mucho sobre su propia historia, la del imperio, la del colonialismo y también la de la esclavitud; estos son temas que deben abordarse, y deben abordarse adecuadamente, porque necesitamos entender nuestra propia historia". Lo que por supuesto no implica la devolución de las esculturas del Partenón a Grecia, de las momias, las estatuas colosales de Amenhotep III y Ramsés II o la Piedra de Rosetta a Egipto, los leones alados asirios a Irak o el moai de la isla de Pascua a Chile. Esto no. Se manda a la porra al fundador por esclavista, se condenan el esclavismo, el imperialismo y el colonialismo… Pero se conservan celosamente los muchos frutos que han reportado. La conciencia limpia y el museo lleno. Cómodo.

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