¿Otra… ignominia?

La pretensión de los separatistas no puede prosperar sin incurrir en descarado trato discriminatorio

Por lo visto, en el país de las… Españas, tenemos un problema único. Es lo que podemos ver, leer y escuchar en los distintos medios de comunicación: Nos referimos, obviamente, a la (proyectada) investidura del doctor (sic) don Pedro Sánchez, aspirante a convertirse en mandamás en el Gobierno de la nación. Logrará el susodicho alcanzar tan singular… honor?. Pues… ¡vaya usted a saber, estimado -y querido- lector!. La "singular" pretensión del susodicho "doctor" -que no docto- puede devenir en una indeseable realidad si prosperan las pretensiones separatistas. Dizque están dispuestos a apoyar la investidura. Eso sí: A cambio de algunas… pretensiones:

Hace nada, se conformaban con la liberación de los condenados mediante la aplicación de lo que algunos… tertulianos denominan Ley de amnistía. Ahora, la cosa ha experimentado un cambio sustancial: La… pretendida exigencia de amnistía ha pasado a mejor vida: Por mor de una conocida sentencia, dictada el TJUE, los condenados -y sus secuaces- lo han transformado todo respecto de sus propósitos: Quieren, nada menos, que la nulidad del proceso que sobrevino en condena de los enjuiciados. Y, en consecuencia, la inmediata libertad, sin cargo alguno, de los hoy condenados por el Tribunal Supremo (TS).

La probabilidad de que prospere alguna de las pretensiones de los sentenciados -y sus incondicionales secuaces- resulta, a juicio de Las Tendillas, de imposibilidad metafísica por un interminable rosario de razones. Entre otras: La amnistía: Ni existe en nuestro ordenamiento jurídico penal. Ni precisaría de Ley alguna: Sería suficiente una reforma el Código Penal.

Anulación de la sentencia de TS, por aplicación de la del TJUE: Supondría, a juicio de Las Tendillas, un trato improcedente en Derecho por discriminatorio. No hay que olvidar que -por obra y gracia de la inestimable colaboración de los otrora jueces Garzón y Bacigalupo- el prestigioso magistrado don Javier Gómez de Liaño y Botella fue víctima de una condena por mor de la cual el Tribunal Europeo de Derechos Humanos tuvo que resolver condenando a España: El magistrado no tuvo un juicio independiente e imparcial. Pero -que sepamos- la condena de dicho Tribunal Internacional no supuso la anulación de condena del señor Liaño. En consecuencia, la pretensión de los separatistas no puede prosperar sin incurrir en descarado trato discriminatorio.

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