Tomates y calabazas

Lourdes Chaparro

lchaparro@eldiadecordoba.com

Nuestra historia

No se puede hacer un revisionismo a la carta de lo que pasó porque ahora no se puede cambiar

He visto en varias ocasiones Lo que el viento se llevó y ahora resulta que HBO ha decidido retirar esta película de su catálogo de manera temporal por racista. Considerada como uno de los mejores títulos de la historia de Hollywood, hay que echarla al castigo del olvido por retratar de una forma nada objetiva la historia de Estados Unidos.

La cancelación del filme de Escarlata O'Hara y Rhett Butler llegó tras la múltiples protestas por el vil asesinato de Georgy Floyd a manos de un policía y comenzó después la estúpida idea de destruir las estatuas de Cristóbal Colón, fray Junípero Serra, Juan de Oñate o Ponce de León por Estados Unidos. Y es estúpida y un sin sentido porque la historia, nuestra historia es esta y por más que algunos se empeñen en reconvertirla hay que aceptarla y aprender cómo no se tienen que volver a hacer las cosas, además de entender que la historia no comienza cuando ellos quieren, sino que va por delante.

Procedo de una región de conquistadores -Pizarro, Hernán Cortés, Vasco Núñez de Balboa son solo algunos de ellos- y los que intentan enmarañar y ensuciar sus gestas deberían, al menos, estudiar y conocer la importancia de las mismas para poder contextualizar el momento de la historia en las que se llevaron a cabo. No se puede hacer un revisionismo a la carta de lo que pasó entonces porque, sencillamente, ahora no se puede cambiar. Es lo que no acaban de entender muchos, quienes deberían forjarse una idea de lo importante que es no dar marcha atrás y cometer los mismos errores del pasado porque la sociedad no los puede ni debe tolerar. En esta época en la que los clubs de los ofendiditos van ganando nuevos integrantes por cuestiones que pueden resultar histriónicas, habría que decirles que estamos en el siglo XXI, no en 1492. La diferencia histórica es más que sutil.

La historia, nuestra historia, nos va a acompañar siempre, queramos aceptarla o no, y no se va a cambiar por mucho que derribemos más estatuas de alguien que tenía la intención de ir a las entonces Indias y acabó descubriendo un nuevo mundo. Que miles de cosas se hicieron mal entonces, por supuesto y mi más enérgico rechazo porque de aquellos polvos vienen estos lodos. Pero la historia no se puede ocultar ni contar como mejor nos convenga. Si fuera así, seríamos más estúpidos y nos harían creer que mañana no es sábado.

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