La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

¡A mí hemerotecas!

Sánchez no teme a las hemerotecas. Él es la verdad, el camino y la vida del progreso. Y el CIS su Bautista

Dolores Delgado aparte, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, los intérpretes de esta nueva versión de El sirviente, la novela llevada al cine por Losey en la que un mayordomo y su joven señor se enzarzan en una mezcla perversa de servilismo y posesión, han hecho lo posible por desprestigiar la Justicia declaración a declaración. Incluso culpabilizándola no tan indirectamente de la crisis catalana con el dichoso lema de "desjudicializar la política". Como si la actuación de la Justicia cuando los políticos delinquen fuera algo inapropiado. Como si el delito dejara de serlo si lo comete un político. Como si Puigdemont no fuera un prófugo. Como si los políticos encarcelados no hubieran sido condenados tras un juicio justo. Como si Cataluña fuera un oasis democrático y constitucional en el que irrumpió arbitrariamente la Justicia.

Todos, menos Sánchez, recordamos que cuando apoyó la aplicación del artículo 155 dijo que "acompañamos al presidente del Gobierno en su requerimiento para sacar del pantano en el que ha metido el president Puigdemont a la política catalana". Todos, menos él, recordamos que afirmó: "Estamos dispuestos a reformar la Constitución para hablar sobre cómo Cataluña se queda en España, pero no de cómo se va de España. Ësta es una diferencia enorme no sólo con los soberanistas, sino con Podemos". Todos, menos él, recordamos que hace solo tres meses se mostró dispuesto a aplicar el 155 o la Ley de Seguridad Nacional: "Quien aplica el 155 es el Gobierno de la Generalitat, son ellos los que aprietan el botón". O quizás lo recuerde y le importe un comino, la especia que Montserrat Bassa ha puesto de moda. Sánchez no teme a las hemerotecas. Él es la verdad, el camino y la vida del progreso, y todo lo demás son anécdotas o manipulaciones.

Las descalificaciones de Iglesias han llegado tan lejos que, tras sus declaraciones del martes, el Consejo General del Poder Judicial, que ha aprobado con un 5 a Delgado, ha tenido que intervenir apelando a "la moderación, prudencia y mesura, y a la responsabilidad institucional, para evitar la utilización política de la Justicia o el cuestionamiento de la independencia, la imparcialidad y la profesionalidad de los/as jueces/zas y magistrados/as que integran el Poder Judicial". Puigdemont, en cambio, está tan contento reclamando a Sánchez "coherencia" con su compromiso de "desjudicializar la política". Empieza el espectáculo.

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