Veredas livianas

Noelia Santos

nsgemez@eldiadecordoba.com

La generación de qué

Que no somos el domingo de las generaciones, pero hemos tenido muchos lunes por la mañana

LA generación más preparada de la historia es el título de un cuento que no existe. Los chavales de la época no teníamos ordenador hasta bien empezado el instituto [con mucha suerte (o dinero)] y los móviles no tenían más función que llamar y nosotros no llamábamos. El tema está tan manido que ya apenas aparece en nuestras conversaciones de botellón -la reunión como excusa y el alcohol como contexto, o al revés-, pero yo lo noto intrínseco, como la decepción.

Echo la vista atrás y noto la obligatoriedad de sacarse una carrera mirándome desde el pupitre del colegio, y cómo vas a decirle que no. Y mira el malo de la clase que va a acabar en una FP.

La generación en la que nos englobáis (porque nosotros aquí hemos dicho poquísimo) está haciéndose mayor con la promesa de un triunfo traducido en piso, coche y Sri Lanka y a ver cómo acabáis explicándonos que al final no va a poder ser. Que para nosotros hacerse mayor era cumplir los 30 y yo no sé vosotros, pero yo tenía 12 años y pensaba en los 30 y me imaginaba mínimo en un adosado con una cocina gigante y yo de momento no sé ni cocinar.

Que no digo que no estemos preparados, que preparados estamos. Que yo en el botellón del sábado -el alcohol como excusa, la reunión como contexto, o al revés- miro alrededor y todo lo que veo es bueno, lo mejor, las mejores, los mejores. Pero que no os decepcionéis si conseguimos menos de lo que de nosotros se esperaba, que se esperaba mucho y al final los lloros. Que agradecemos infinitamente el impagable esfuerzo que hicisteis, que lo poco o lo mucho que conquistamos también tiene vuestra bandera, pero dejadnos llegar a los 30 quejándonos y asumiendo una decepción que es únicamente nuestra.

Lo hemos tenido fácil y luego difícil y luego complicadísimo y a lo mejor no hemos sabido gestionar la situación. Que no llevamos la queja dentro, que sabemos sobreponernos, que lo estamos consiguiendo, que no somos el domingo de las generaciones, pero es que hemos tenido muchos lunes por la mañana. La generación más preparada de la historia no somos, y no os vengáis abajo cuando lo descubráis. Nosotros, por suerte, lo hemos sabido antes de llegar a los 30 y, ahora sí, estamos aprendiendo a gestionarlo. Y lo vamos a conseguir. Nos llaméis como nos llaméis. Yo miro alrededor y lo tengo claro.

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