Palabras prestadas

Pablo García Casado / Www.casadosolis.com

Los fotógrafos

EL martes pasado podía verlos en Orive. Como el poema de Brines de los ciclistas, los veo pasar, yo los reconozco. Saludo a la mayoría de ellos. De alguna manera hemos crecido juntos en esta ciudad. Nos hemos encontrado en los bares de copas, hemos compartido las inquietudes por hacer algo más que arrastrarnos sin pena ni gloria por los bachilleratos y las universidades, y nos hemos intercambiado textos e imágenes, poemas y fotos, en un mar de palabras y de proyectos compartidos.

Parece que siempre estuvieran ahí. Llegan con prisa, casi siempre sonriendo, quitándose el casco apresurado, buscando el ángulo y el momento. Posiblemente de cubrir la última rueda de prensa, la entrevista a algún poeta famoso, o el estado de unas ruinas que denuncia una asociación de vecinos. Algunos parece que no hubieran dormido. Otros llegan arrastrando pesadas bolsas donde guardan objetivos, gruesos abrigos que atesoran todo el polvo de la ciudad. Hoy no es una excepción. Hoy vienen a cubrir la inauguración de la Bienal de Fotografía, y eso cambia las cosas. Acostumbrados a cubrir el segundo plano de la actualidad, de ser considerados un rebaño invisible que acompaña a las primeras espadas de la sociedad, esta tarde abandonan la atonía y se detienen un momento ante las fotos de los colegas. Alguno se atreve a hacer una foto de la foto. Como un bucle, imagino a un fotógrafo haciendo una foto a un fotógrafo, que a su vez hace otra foto a otro, y así hasta el infinito.

Antes de iniciarse en la vorágine periodística, muchos de estos fotógrafos que pueblan las ruedas de prensa y los actos sociales buscaron una mirada propia, una forma de atrapar la realidad muy distinta a este apresurado ir y venir de noticias. Dejaron su obra impresa en forma de catálogos que mostraban esa inquietud por ir más allá de la imagen. Cuando los veo llegar -yo los reconozco-, no puedo olvidar esa vocación antigua, y sospecho que deben tener muchas fotos guardadas en el morral. Fotos aún no fabricadas, fotos que están en su cabeza como un proyecto antiguo, como una cuenta pendiente que quieren saldar, buscando una brecha entre el camino a la redacción del periódico y el regreso a las obligaciones familiares. Quizá en verano, quizá en navidad. Quizá tomando un día la moto, en ese hueco entre un acto con peñistas y el partido del Córdoba, puedan deslizarse hacia esos sotos del río que parecen mirarlo, que parecen decirles, mírame, bajo esta luz ocre de otoño, o ese cielo que podría ser color vainilla con ayuda del photoshop.

Así son los fotógrafos. Practican una profesión que navega entre el arte y el documento, entre la poesía y el trabajo. La mayoría dicen que son felices, que han cumplido el sueño de hacer lo que quieren, de levantarse por la mañana y encuadrar ese pedazo de realidad que luego llevan a las páginas de los periódicos. De alguna manera, escriben con imágenes la biografía política, social y cultural de esta ciudad. Nos han visto llegar con nuestra cara de niños, nos han pedido que dóciles adoptemos una pose natural, quieto, no te muevas, echa el brazo por encima. Por su objetivo hemos pasado más gordos, más delgados, siempre más jóvenes. Ellos, a través de sus fotos, pueden hablar sin palabras de las vanidades, de los codazos en los grupos, del pescuezo de alguien que se asoma para salir en la ídem. Y de estrellatos fulgurantes, de timideces inconfesables, de asesores que exigían desde dónde lanzar un flash para no mostrar las arrugas.

Si las cámaras hablaran, decía uno el jueves pasado. Con el paso de los años, dice otro, empieza a entrar una extraña miopía. Ves lejos lo que está cerca, y viceversa. Empiezas a mirar el mundo cada vez más desenfocado. Hay en el fotógrafo también un poeta que secciona la realidad y escoge lo importante y desprecia lo accesorio. Y no sólo atrapan el mundo en sus imágenes: hay también mucho más, porque la suma de todas las fotos es el retrato de uno mismo: del que mira al otro lado del teleobjetivo.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios