HAY veces en que recurrir a lo elemental es lo más efectivo que existe. Muchas campañas de promoción se pierden actualmente por la sofisticación y el enrevesamiento de las tecnologías para no alcanzar finalmente el objetivo propuesto. Si hay fórmulas que durante décadas, o siglos, han dado resultado, para qué cambiarlas por otras que a priori son menos efectivas. el grupo de Ciudades Patrimonio Mundial de Europa del Sur y del Mediterráneo han puesto en marcha un concurso en internet con la finalidad de darse a conocer. La página web de este colectivo -www.ciudadespatrimonio.eu- ha creado un juego para darse a conocer y podía haberse decantado por algo más complejo para deslumbrar a los posibles concursantes. Con cierta dosis de ingenio ha recuperado un juego de toda la vida -que será, seguro, inédito para los de la generación de la play- como es el de levantar las cartas de dos en dos hasta encontrar las parejas. De este modo, se van emparejando ciudades que forman parte de este grupo y subconscientemente se van memorizando sus nombres. Objetivo cumplido. Al recuperar un juego antiguo han rescatado también un premio de otros tiempos, ya que el ganador del sorteo entre quienes logren completar la partida recibirá solamente 1.200 euros antes de impuestos. Estas ciudades se podían haber estirado un poquito más y haber fijado un premio algo más sustancioso, porque 1.200 euros no quitan ni los nervios.

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