900 euros

La economía es una ciencia oculta y, en realidad, nadie sabe realmente cómo hacer que una economía funcione o no

Da mucha grima oír a gente que cobra 60.000 euros al año, por el simple hecho de empujar papeles con la nariz en algún organismo misterioso, quejándose amargamente de que la subida del salario mínimo a 900 euros será una catástrofe para la economía. Comprendo que la economía es un asunto muy delicado y que hay muchos pequeños empresarios que no pueden pagar esa cantidad. Comprendo, además, que hay mucho postureo ideológico en el Gobierno de Pedro Sánchez y sus aliados. Y comprendo que hay una cierta izquierda que tiene ideas delirantes sobre la economía muy parecidas a las que tienen todos los niños: "Papá, ¿por qué no hacen más billetes con una máquina y así todos seremos ricos?". Sí, de acuerdo. Pero convendría tener un mínimo de empatía hacia la gente que gana sueldos miserables y soporta unas condiciones laborales nefastas, trabajando diez horas al día -o más- y viviendo en una habitación alquilada por la que tienen que pagar 250 ó 300 euros, es decir, casi la mitad de lo que ahora ganan.

A los políticos del PP y de Ciudadanos les convendría mostrar un poco más de sensibilidad social y ahorrarse un poquito de patrioterismo histérico. Y por eso mismo deberían pensar un poco en la gente que tiene que pagar alquileres muy altos y unas tarifas eléctricas prohibitivas. Sé que se hace mucha demagogia sobre esto y que ya hay una nueva clase de tribunos de la plebe -todos sabemos quiénes son- que se han puesto las botas a costa de explotar el sufrimiento ajeno. Vale. Pero negarse a ver que hay mucha gente que vive con grandes apuros y que lo está pasando mal demuestra muy mala entraña.

La economía es una rama especialmente compleja de las ciencias ocultas y en realidad nadie sabe realmente cómo hacer que una economía funcione o no (salvo Chávez y Maduro, claro está, que tienen la receta infalible). Por eso sé que hay que ser prudente al tomar las medidas y que a veces intentando hacer las cosas bien se pueden acabar haciendo muy mal. Pero repito lo que debería ser evidente para todo el mundo: 900 euros es muy poco. Y lo grave del caso es que hace veinte años la gente joven se quejaba por ganar 1.200, cuando ahora esos sueldos ya parecen el premio gordo de la lotería. Vivimos tiempos histéricos, sí, vivimos tiempos de charlatanes, claro que sí, pero olvidarse de la gente que lo está pasando muy mal no nos traerá nada bueno.

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