LA decisión del Ayuntamiento de incrementar la presencia policial a partir de mañana en las calles de la ciudad hasta pasada la Navidad es una de las medidas más impopulares pero, a la vez, más efectivas para mejorar el tráfico rodado en la capital. Quienes lo usan a menudo saben de los problemas que ocasionan determinados conductores en la fluidez. Un coche aparcado en segunda fila es capaz de crear un embudo que llega a ralentizar una avenida. No hace falta ser un adivino para predecir que en los próximos días habrá improperios de todos los colores, aunque si este plan policial se desarrolla con normalidad todos habremos ganado. La sanción de 60 euros es lo suficientemente disuasoria para evitar abusos que no siempre están justificados cuando se deja el coche -"Es sólo un momento, oiga"- obtaculizando un carril y que ocasiona molestias a quienes se desesperan buscando un aparcamiento para no molestar a nadie.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios