La escuela representa el espacio en el que aprender, ese entorno en el que se van adquiriendo conocimientos y se comparten experiencias por primera vez. En la escuela se crece y se convive, se coincide con compañeros que serán amigos, el maestro instruye y nos forma, comparte sus conocimientos, su experiencia, su saber y forma de hacer con los alumnos. A lo largo de nuestra vida pasamos por varias escuelas, centros educativos y de formación, experiencias que van conformando lo que somos, lo que hacemos y puede definir la manera en que lo haremos. Para los abogados de Córdoba, la Escuela de Práctica Jurídica Rafael Yllescas Melendo, es ese espacio.

El pasado miércoles tuvo lugar la inauguración del curso de la Escuela de Práctica Jurídica, para todos aquellos que estén lejos del gremio, del mundo de la justicia o la abogacía, les aclararé que es el lugar donde se forman los abogados de nuestra tierra. La Solemne Sesión Académica de Apertura del curso de la Escuela de Práctica Jurídica, lo que hoy se llama Máster de la Abogacía, es una tradición, mejorada por y con los años y, por méritos propios, uno de los días señalados en el calendario por juristas de toda clase y condición. Ese día no hay contrarios, se aparcan rivalidades, se reconcilian enemigos aparentemente irreconciliables, algunos egos se moderan y todos nos divertimos, recordamos nuestros felices años en la escuela, añoramos a los que se fueron y nos felicitamos porque la carrera y la profesión sigan tan vivas como siempre.

La Escuela es más que un curso, más que una etapa de adquisición de conocimientos jurídicos, es la convivencia con compañeros que serán socios, o partes procesales enfrentadas, el primer contacto con profesionales que luego dictarán sentencias, acusarán a nuestro cliente, darán fe o inscribirán hechos y derechos. Es la toma de contacto con un apasionante mundo al que se va a acceder.

Las caras de siempre compartían el miércoles espacios con caras nuevas, con autoridades que son compañeros y fueron alumnos de la Escuela, estreno de cargos de compañeros brillantes que confirmaban con su discurso, capacidad y valía extraordinaria y muy necesaria. Recorrido histórico con paradas emocionadas a antecesores que se dejaron la piel por nuestra Escuela. Ausencias matizadas por el reconocimiento unánime a compañeros que se fueron pero cuya impronta sigue presente en toda la profesión.

Los protagonistas, los que empiezan y los que tras el paso por la Escuela y superar pruebas, llegan a la profesión cargados de ilusión y ganas, los que tienen todo por descubrir y hacer. Mucho por enseñarnos. Vienen de la mejor Escuela.

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