hoja de ruta

Ignacio Martínez

Se echa de menos al PSA

SE echa de menos a los andalucistas en la política andaluza. En el Parlamento regional, más aburrido que nunca, dedicado en cuerpo y alma a la defensa o ataque al Gobierno central. El cuarto actor de la vida parlamentaria desde 1982 a 2008 parecía destinado a mayores gestas en los 70, cuando marcaba el paso a los demás. Tanto, que Julio Anguita lo reconocía en este diario en marzo: "No tengo empacho en decir que el PSA nos hizo andalucistas". Pero Escuredo, un presidente carismático, embarcó al PSOE en una empresa de la que recelaba al principio y de la que se benefició electoralmente después. Y los andalucistas se quedaron sin bandera.

En 1977 eran un partido extraparlamentario. Pero fueron los primeros en pedir una manifestación pública pro autonomía, que después fue convocada por la asamblea de parlamentarios. Un año después, el 4 de diciembre de 1978, cuando se firmó el pacto autonómico de Antequera, en el que se pedía "la autonomía más eficaz", volvieron a reclamar que no fuese la más eficaz sino la máxima que reconocía la Constitución. En fin, como resultado de todo eso, en 1979 sacaron cinco diputados en el Congreso. Los errores en el proceso para desbloquear el resultado del referéndum del 28 de febrero de 1980, con un pacto mal escenificado de Rojas Marcos con Suárez, les dejaron malparados y ya no recuperaron aquella pujanza.

Treinta y cinco años después de la manifestación de 1977, el malagueño José Manuel García Caparrós impunemente asesinado entonces (ya habría cumplido los 54), va a ser reconocido por la Junta como hijo predilecto de Andalucía, y ya casi nadie se acuerda del partido animador de la autonomía andaluza en sus inicios. El más perdurable de los jefes del Partido Comunista en Andalucía, Felipe Alcaraz, lamentaba esto último ayer en un tuit: "Es injusto que no aparezca el PSA a la hora de rememorar el 4D".

El 4 de diciembre es objeto de nostalgia y de una cierta usurpación. Los socialistas se quedaron con el filón electoral que suponía la nueva administración, que no han compartido nunca, ni en los ocho años de cómoda cohabitación con los andalucistas, ni en el actual bipartito en el que los herederos de Alcaraz tienen poco peso, como ha puesto de manifiesto el resultado de la comisión de investigación de los ERE. Alejandro Rojas Marcos, el líder andalucista, cree que Andalucía está hoy día peor posicionada que en los 70.

Su partido también está peor, a pesar de sus 500 concejales, ausente del Congreso y el Parlamento andaluz. Pero Rojas Marcos, que es un optimista histórico cree que puede revivir. Sostiene que es el único partido de España que ha sobrevivido a un desastre electoral. En su caso a varios. En cualquier caso, su falta de empuje actual le ha sentado muy mal al conjunto de la región.

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