Aún recuerdo aquellas largas noches de estudio tratando de comprender las teorías de Descartes, conocedor de que sería materia de examen previo en el instituto y de Selectividad después. El filósofo vuelve de nuevo a mi hogar, aunque es ahora mi hija la que repasa una y otra vez la teoría racionalista del pensador francés, cuyo discurso del método sigue generando insomnio entre los estudiantes. Descartes teorizó sobre la duda, un concepto que, visto lo visto esta semana en Córdoba, me viene a la mente con demasiada frecuencia. Sí. Lo reconozco. Tengo dudas. Es difícil entender que una ciudad que tiene en el turismo uno de sus sustentos económicos constituya un ente de gestión municipal -Imtur de nombre, para más señas- y que nuestros políticos locales no se pongan de acuerdo ni tan siquiera en los estatutos por los que se debe regir el nuevo organismo. Es algo tan inexplicable como que una parte importante del empresariado turístico ande a gorrazos en los medios de comunicación por simple protagonismo.

Tengo dudas sobre cómo interpretar los datos de recaudación de la Agencia Tributaria en Córdoba durante el último año, de manera que aumentan los ingresos por IVA, también por el impuesto de sociedades y cae la entrada de fondos por IRPF. Si las empresas pagan más que el año anterior y el consumo crece, habrá que ver por qué las aportaciones de los trabajadores son más bajas, cuando además el número de personas empleadas ha aumentado. Así a vuelapluma, uno piensa que habrá que analizar qué pasa con los salarios, entre otras cosas. Pero además, que nadie lance las campanas al vuelo, que el impuesto de sociedades generó el pasado año casi 95 millones de euros y en 2008 era de 400 millones, así que eso de la recuperación económica también podría ser objeto de debate.

También me produce incertidumbre que una organización empresarial como es Construcor afirme que "la Administración pública no se toma en serio las necesidades de agilizar Córdoba, lo que provoca la debilidad de su crecimiento", y que cargue tan duramente contra la Gerencia de Urbanismo y su máximo responsable, Pedro García [vaya semana la suya]. Que un sector como el de la construcción diga estas cosas es para, al menos, pararse a meditar.

Tengo mis reparos a que, visto el camino administrativo que se abre ahora para el Centro de Convenciones del Parque Joyero con la rescisión del contrato de obras, la ciudad cuente a corto o medio plazo con un espacio público en el que celebrar congresos y exposiciones. Parece que no queda más remedio que esperar al reinicio de trabajos tanto en el centro de ferias como en el Palacio de Torrijos, paralizados durante muchos tiempo por la torpeza administrativa y política. Aunque ya hay quien se está buscando la vida por su cuenta, como el Grupo Peña, que inauguró el viernes su Forum como alternativa ante la falta de un recinto ferial.

Como ven, muchas dudas y vacilaciones, dos términos que han encontrado acomodo aquí. Demasiados interrogantes. Lo deseable sería que, de una vez, comenzaran a despejarse éstas y otras muchas dudas que envuelven a esta Córdoba nuestra. Pero lo dudo.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios