El día después del reconocimiento de la Unesco como Patrimonio Intangible de la Humanidad sirvió a los propietarios y cuidadores de los recintos para disfrutar de lo conseguido. Por ejemplo, repasando los periódicos que, como El Día, realizaron un amplio seguimiento del contenido de los debates y los efectos de la designación. En los patios, la vida sigue y los participantes en los programas de apertura extraordinaria de Navidad se preparan ya para recibir a los turistas interesados por esta forma de vivir.
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