Mensaje en la botella

El dinero público es de todos

El Ayuntamiento prevé un gasto elevado en filtros para las aulas que generan muchas dudas

Para el anecdotario queda aquella frase de Carmen Calvo de que el dinero público no es de nadie. Fue un lapsus, quién sabe, pero dicho está. Habrá quien utilice esta afirmación para su conveniencia política, pero lo cierto es que sirvió también para que recapacitemos sobre una obviedad: los fondos de las administraciones son de todos los ciudadanos. Lo único que, con nuestros votos, tenemos la capacidad de influir sobre quiénes son los que manejan el presupuesto. Viene al caso esta introducción porque todos los grupos políticos del Ayuntamiento de Córdoba -excepto Vox- han decidido los destinos del remanente de 17,1 millones de euros que hay en la caja de Capitulares. Su reparto se ha plasmado en un documento en cuyo apartado de inversiones (punto 4) se cita un gasto de 500.000 euros para "HEPA", o lo que es lo mismo, filtros purificadores de aire que, en principio, parece que se instalarán en algunos espacios públicos de la ciudad, como son los colegios.

Mucho se viene hablando en las últimas semanas de estos sistemas de filtrado, sobre su conveniencia, o no, en las aulas con el fin de que el alumnado pueda mitigar el frío que se nos avecina. De hecho, son muchas las asociaciones de madres y padres que están recibiendo numerosas oferta de empresas que, con el argumento de combatir el covid-19, venden estos aparatos como alternativa o ayuda a la necesaria ventilación natural de la clases mediante la imprescindible apertura de las ventanas. La verdad es que hay demasiada confusión sobre la eficacia real de estos utensilios y, de hecho, la propia Delegación de Salud en Córdoba asegura que no se pronuncia sobre ello. Vamos, que se pone de perfil, como es habitual.

Desde Educación tampoco parece que haya una posición clara respecto al asunto, por lo que cuesta entender que nuestro ayuntamiento haya decidido emplear tal cantidad de dinero en un equipamiento que genera incertidumbre. Los expertos en salud pública ya han dicho que la utilidad de estos filtros es cuestionable y una voz autorizada en esta materia, como es la doctora Berta Uriel, ha señalado hace unos días que "existe un (legitimo) interés comercial en la venta de determinadas tecnologías domésticas (purificadores portables) que en cualquier caso aportarían muy poco a la apertura periódica de ventanas e incluso sustituir erróneamente esta ventilación natural mas afectiva". Y añade que este tipo de sistemas "puede influir a muchos hogares , colegios, etc, a invertir recursos que pueden no ser necesarios ni efectivos en la transmisión de la enfermedad". Más claro, agua.

Así las cosas, merece una reflexión destinar todos esos fondos municipales en algo que ofrece una sensación de seguridad que puede no ser real. Mejor sería preguntar, que los expertos certifiquen su utilidad y que avalen su necesidad, antes de que sea tarde. Que el dinero público es de todos.

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