En el tejado

F.J. Cantador

fcantador@eldiadecordoba.com

Los consejos de 'Rain Man' Rajoy

En estos días inciertos en los que vivir se está convirtiendo en todo un arte, la cruda realidad personal que viven muchos les invita a veces a calzarse las zapatillas de deportes para, imitando a Forrest Gump, empezar una maratón personal hasta el infinito y más allá con el que abstraerse de un día a día que cuesta más dinero de la cuenta; un día a día en el que vivimos fritos a impuestos. Les invito a que en el buscador de youtube escriban tan sólo un par de palabras: impuestos y Juan. Pinchen en el vídeo animado que aparece y véanlo y escúchenlo con detenimiento, porque no tiene desperdicio. Vivimos atracados a impuestos de tal manera que quien, por ejemplo, tenga la fortuna de contar con una nómina de 1.500 euros -sigo pensando que hoy en día, por desgracia, es una fortuna tener nómina- apenas le quedan unos euros -si es que le quedan- a final de mes. Las familias tienen que hacer verdaderos ejercicios de ingeniería económica para poder sobrevivir y evitar seguir endeudándose; eso sí, encomendándose a la diosa fortuna con el objetivo de que no haya un gasto extra en forma de avería de coche, por ejemplo, que acabe por apuñalar la cuenta corriente. Y no digamos si te dejan una herencia importante en Andalucía de esas que -son casi todas- vale más el collar que el perro a la hora de abonar lo que te corresponde de impuesto de sucesiones. Es irracional que no se tenga más remedio que renunciar a ella por no poder afrontar ese pago y que esa herencia se la acabe quedando la Junta.

Ya lo decía Forrest Gump, la vida es como una caja de bombones y nunca sabemos lo que nos va a tocar cuando elijamos uno de ellos. El último bombón que nos hemos tenido que comer a la fuerza todos de esa caja, nos guste o no nos guste el dulce, es el que sabe a subida de luz. Ese bombón -que las eléctricas nos han metido en la boca con la aquiescencia del Gobierno- nos ha disparado los niveles de azúcar hasta la indignación más absoluta cuando nos hemos enterado de que el recibo de este servicio básico va a subir unos 100 euros durante este año. La luz se ha convertido en los últimos años en un artículo de lujo elevando su precio a la enésima potencia, en una necesidad al estilo de una gasolina escaseaste en el apocalíptico mundo de Mad Max. Y para ponerle la guinda a ese amargo bombón, va Rajoy y fía la bajada del precio de ese ya artículo de lujo a que llueva, confiando en que los chubascos y la entrada de la energía hidráulica en el mix energético ayuden a reducir unas tarifas que no han dejado de subir en las últimas semanas, curiosamente coincidiendo con el temporal de frío. No sería de extrañar que Rain Man Rajoy nos aconsejara ahora que bailemos la danza de la lluvia o que le recemos a la Virgen de la Cueva.

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