Punto de vista

José Ramón del Río

jdel35@hotmail.com

Fuera complejos

¿Pueden los catalanes confiar en unos dirigentes que no se prepararon y que escogieron la peor de las soluciones?

Si alguien sentía un complejo de inferioridad, porque le decían que los catalanes eran lo mejor de España, acumulando virtudes que los demás no teníamos, habrán superado con creces su complejo después del 1-O. Lo que ocurrió lo saben todos y el resultado ha sido una catástrofe, consecuencia de una actuación chapucera impropia de gente inteligente y trabajadora. Ningún país ha reconocido esa república catalana proclamada por la presidenta del Parlamento; casi 2.500 empresas han trasladado su domicilio social fuera de Cataluña; el ex presidente de la autonomía y algunos miembros de su Gobierno están huidos en Bélgica y tienen solicitada su extradición y otros que no huyeron, se encuentran en prisión provisional en espera de ser juzgados.

Todos los que de una manera u otra han sufrido perjuicio en su persona o bienes por este referéndum y también el resto del cuerpo social, que no veían razón para que Cataluña se separase de España, se han quedado atónitos cuando Puigdemont, el ex presidente declara a un periodista en Bruselas que "puede haber otras alternativas para el encaje de Cataluña en España". No le va a la zaga que el que dicen que será el nuevo presidente de la autonomía, después de las elecciones autonómicas del 21-D. Oriol Junqueras, declara que Cataluña no estaba preparada para la independencia y la tercera perla es la de la señora Forcadell, cuando ahora dice que la declaración de independencia fue "simbólica y virtual", cuando su declaración que todos vimos en televisión y ahí seguirá grabada, nada la apostillaba e iba acompañada de un gesto de satisfacción. ¿Pueden los catalanes confiar en unos dirigentes que ni se habían preparado y que escogieron la peor de las soluciones, con el resultado de destruir la convivencia y originar un grave perjuicio a la economía? Encima, los fondos para organizaciones sociales no los han pagado, por haberlos destinado a la consulta electoral.

Vuelven a presentarse el próximo 21-D, pero según todas sus declaraciones para perseguir, de nuevo, la independencia. Otra vez a las andadas. Y lo empeoran porque el argumento de los fugados para que el gobierno belga no conceda la extradición es que no cometieron ningún delito, sino que se trata de un ajuste de cuentas político. El subdirector del Grupo Joly, Juan M. Marqués, escribe que ahora tratan de conseguir un referéndum pactado, que dé lugar a la independencia. Con ello, y como él dice, la tensión de Barcelona se traslada a Madrid y "habrá que comprobar hasta dónde llega el líder del PSOE en defensa del Estado". Comparto su inquietud, menos mal que en su partido casi todos tienen las ideas claras al respecto.

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