La complejidad del mundo

Los eslóganes producen un estilo de vida, pero esto no debe impedir que sintamos algo de escepticismo

Hemos de reconocer que las más de las veces, por no decir siempre o casi siempre, vivimos, sentimos y discurrimos con eslóganes. Frases o expresiones que en principio tratan de resumir un pensamiento sobre el mundo y sobre la vida pero que, por su contextura breve y resumida, acaban convirtiéndose en una filosofía final y definitiva, que pretende dar sentido a nuestra existencia, explicar cómo están organizadas las cosas y qué caminos hay que tomar o decisiones hay que seguir. Asegurar de forma concluyente e incontrovertible que algo es así o de esta otra manera, sin la más mínima duda, es un acaecimiento personal y social que domina y ha dominado el comportamiento y la conducta del ser humano, del homo sapiens. Y que, al margen del contenido, ya los antiguos cazadores-recolectores utilizaban como forma de expresión.

En consecuencia, todos disponemos en nuestro acervo particular o colectivo como de un conjunto de recetas a aplicar a las más variadas situaciones que la vida nos va presentando, algo así como fórmulas preparadas para dar respuesta a lo que se pregunta o propone. Lo malo de esta forma de vivir, cargada como si fueran fardos, de estas frases hechas, firmes y definitivas es que acabamos encerrando todo lo que es el mundo y lo que trae consigo con su infinita complejidad, en la simplicidad de un pensamiento. Y, en consecuencia, hasta cabe preguntarse, como hace el filósofo científico Jorge Wagensberg, si sabemos siquiera lo que deseamos saber.

Los eslóganes producen un estilo de vivir. Sin embargo, esta circunstancia no debe impedir que en nuestros convencimientos tengamos siempre un punto de escepticismo y de incertidumbre. Porque, por lo general, las cosas no son tan simples y tan sencillas como a primera vista pudiera parecer. Y ese "esto es así y no puede ser de ninguna otra manera", dicho con firmeza casi infinita, ni es veraz, ni es útil ni es inteligente. Montar la vida desde la certidumbre absoluta produce efectos como los que estamos viviendo estos días. Resumir toda la cosmovisión y la política del presidente electo norteamericano, justificando su voto, en, por ejemplo, "hará más grande a América" es, además de una simpleza ridícula, una decisión de perversas y graves consecuencias incontrolables. Jorge Wagensberg dedica su libro Ideas sobre la complejidad del mundo a lo constantemente nuevo, a la duda metódica, a la timidez desafiante…

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