Veredas livianas

Noelia Santos

nsgemez@eldiadecordoba.com

El compás que vino de la Viña

Queda mucha gente dispuesta a defender el legado de lo sencillo, a conservar las coplas eternas

Se apaga el compás y Cádiz pierde un poquito de luz, esa que se va cada día en un atardecer en la Caleta para después colarse por la Viña, la que trae a la cabeza los mejores y más bonitos recuerdos. Se va Manolo Santander y la ciudad de dentro se pone triste porque ya no tiene quien le marque el 3x4, el más puro, el más viñero, el de Cádiz y solo Cádiz.

Esto parece una broma, vaya año para la poesía gamberra y la chirigota eterna. Vaya carnaval más triste se dibuja en la frontera del año que viene. Queda mucha gente dispuesta a defender el legado de lo sencillo, a conservar las coplas que se vuelven eternas al segundo de sonar sobre las tablas del Falla y a enseñarle a los que vienen detrás quién fue, quién es y quién será Manolo Santander.

Te has ido con un primer premio debajo del tipo, aunque eso ya no importe, un primer mecido y merecido premio le pese a quien le pese y por encima de quienes se atrevieron a hacerte sentir extraño en tu propia casa. Todos los que quieran imitarte o tengan en ti la referencia carnavalera serán los que suenen más alto y más claro, porque aquí cabe todo y el respeto es lo primero, pero tú y tu compás deberíais ir antes que nada y que nadie.

Nadie te llorará más que tu familia y tu chirigota, que también es tu familia, pero aquí todo se ha vuelto un poco más triste y todos dicen que te quieren, cómo para no hacerlo. La Viña y la Caleta son trending topic en Twitter, el barrio y la playa que se daban la mano en tus letras ahora están en boca de todos y ojalá sepan venerarlos como tú lo hacías a través de tus coplas.

Ojalá todo esto fuera mentira y en febrero sonara de nuevo ese pasodoble que te pide marcar con los nudillos el compás, con esas letras tan cargadas de verdad y tan ligeras de artificios. Ojalá el Falla en pie cantando el himno que le regalaste mientras tú lo observas desde esas tablas que vieron más de cerca que nadie el baile de tus pies.

El carnaval se queda triste, como tristes se quedan tus calles, tu playita, el Carranza y una afición que te seguirá escuchando, aunque pasen los años porque le diste toda la eternidad posible a la fiesta. Cádiz, siempre Cádiz, ahora te llora por todo lo que le hiciste disfrutar.

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