La aldaba

Carlos Navarro Antolín

cnavarro@diariodesevilla.es

¡Y los colegios han funcionado!

El gran éxito de Andalucía, después de la sanidad, son los centros escolares, pese a los agoreros de turno

Hay un dato de la pandemia en Andalucía que es para esconderse en la cueva más próxima: sólo hay vacunados, con la doble dosis, un total de 90.888 andaluces. Y somos ocho millones en la región. Conecten las risas en off cuando oigan a cualquier ministrillo de los actuales afirmar que un 70% de la población estará inmunizada en verano. El dato esperanzador, optimista, alegre, que te reconcilia con la mejor acepción del género humano, es el que dio ayer la viceconsejera de Educación en el programa de nuestro dilecto Jesús Vigorra: el 93,4% de los colegios de Andalucía están funcionando a la perfección La verdadera Andalucía imparable, que tanto pregonaba el bueno de Manolo Chaves, es la de nuestros niños, nuestros disciplinados niños, que en su inmensa mayoría guardan la disciplina, la higiene y la distancia mejor que muchísimos adultos. Los ves por la mañana de la mano de sus padres con la mascarilla, subiendo a los autobuses aplicándose el gel hidroalcohólico en las manos, entrando cada uno por una puerta de acuerdo con las indicaciones establecidas. Los niños andaluces están dejando en ridículo a la pandilla de padres y sindicalistas hiperventilados que nos dieron la tabarra entre finales de agosto y principios de septiembre. ¿Se acuerdan? Estaba usted en la playa, ultimando sus días de asueto, y veías en Canal Sur a cuatro padres preindignados, crispados, al borde de un almodovariano ataque de nervios, dándote la barrila con no sé qué monserga de la escuela pública, la seguridad y las exigencias de garantías al cien por cien. Son los mismos tíos que quince o veinte años antes exigían la supresión de las bases de Rota y Morón de la Frontera subidos en unos zancos o en un monociclo. Ahora están más callados que un monaguillo en Rusia. Estamos en febrero. Podemos decir alto y claro que los colegios son lo que mejor ha funcionado en este curso de pandemia después de los héroes que velan por nosotros en los hospitales, centros de salud y clínicas privadas. Y los profesores son los otros héroes de esta pandemia, los que están en contacto a diario con decenas de menores de edad que dicen que son transportadores del virus como nadie. Cuando los políticos fallan, divagan, especulan, se mueven por tacticismos y criterios de márquetin, los profesores sólo se mueven por la fuerza de la vocación. Y los niños, nuestros niños, están dando el mejor ejemplo en los peores tiempos que nos ha tocado sufrir. A mucha más altura que muchos de los hiperventilados papás.

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