La colmena

Magdalena Trillo

mtrillo@grupojoly.com

El club de la lactosa

Que Cataluña se rebele contra el plan fiscal de Moreno nos debería hacer reflexionar

Un café con leche y media de aguacate. ¡La leche, sin lactosa, por favor!". No hay cafetería que se precie que no haya tenido que hacer un curso acelerado de nutrición para darnos de desayunar. Es fácil sentirte extraterrestre si no pides café con leche desnatada, semi, de soja, almendra, avena.

Un informe de Mapfre y la Academia de Dietética nos desvela algunas claves: el 61% de los casos no tiene justificación médica. Hemos decidido que no son productos saludables y los hemos suprimido de la dieta. Algo parecido ocurre con el gluten: el 72% lo excluye del menú "porque sí" y, además, crea tendencia.

Ya sabemos que hay estudios para todo, pero reconforta saber que no todo es tan apocalíptico como nos hacen imaginar. Palabras nuevas incluidas: "flexitariana". ¡Me apunto! Es cuando no eres vegetariano ni vegano pero la carne no te convence mucho. Les explico: si te ponen un buen jamón, un montadito de lomo o un chuletón de ternera de Ávila, ¡adelante!

El perfil mayoritario de estas prácticas somos nosotras, las mujeres. De mediana edad. Sobradamente formadas e informadas. Especialmente preocupadas por la salud. No crean que lo pretendo ridiculizar; al contrario. Hace años que saqué de mi dieta el ajo; ¡me pongo malísima! Ningún médico me lo ha tenido que prescribir; ha bastado el ensayo-error. ¿Hay más alergias e intolerancias a medida que avanzamos como sociedad? ¿Está mal que tomemos la iniciativa cuando algún alimento nos sienta mal?

La sensaciones son tan importantes (o más) que los análisis clínicos. Y si hay algo que deberíamos tener aprendido es que el "café para todos" es ya un anacronismo utópico de la Transición.

Cambio de tercio. Cuando Juanma Moreno anunció en un Foro Joly su revolucionario paquete de medidas fiscales para atraer rentas e inversiones, todos sabíamos que tendría consecuencias. El debate de ricos y pobres era previsible (y legítimo); el cabreo de Madrid y, sobre todo Cataluña, nos debería hacer reflexionar. Llevamos cuarenta años de democracia viendo cómo unas regiones despegan y otras sobrevivimos. Nunca hemos tenido un gobierno-llave en Moncloa que pudiera tensionar un trato preferente hacia el sur. El discurso, hoy, es que no podemos competir. ¿Nadie se puede salir del café para todos? Hablemos claro: Andalucía no se puede salir del café para todos. Las evidencias, sin embargo, nos dicen todo lo contrario. ¿Quién quiere ya un café con leche normal?

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