Podemos nunca existió en Córdoba como partido, al menos a nivel municipal. En las últimas elecciones locales no concurrió y carece de representación en el Pleno. Sí tiene sin embargo a sus emisarios, que se presentaron bajo las siglas de Ganemos y que ahí siguen, dentro pero fuera y en un eterno y pueril sí pero no. Más jugando a la política de salón que haciendo política transformadora, pero muy contentos de sí mismos y dándose aires. Desde el principio, desde los albores del mandato, fue decisiva su actitud, pues le dieron apoyo a una coalición entre PSOE e IU con la que no mostraron luego ningún tipo de lealtad. Palos duros cuando les conviene, con actitud de oposición libre de cargas, y a mirar para otro lado cuando las cosas vienen mal dadas, como si ellos no tuviesen responsabilidad alguna sobre los éxitos y los fracasos del gobierno de la ciudad. No contentos con eso, Podemos da ahora un paso adelante, si es que eso se puedo llamar así. Lo sea o no, lo que hace es aconsejar a sus sumisos siervos de Ganemos y no sólo, sino que también a un partido, Izquierda Unida, que en esta ciudad ha sido histórico pero que como caiga en el entreguismo acabará desapareciendo para nunca volver. Les aconseja en fin que dejen de apoyar a la alcaldesa, la señora Ambrosio, pues en Podemos ha triunfado la vía Iglesias, que es la vía Anguita, y lo que ahora pita es tratar a los socialistas como si fuesen derechistas apestados. Córdoba, pues, convertida en nada, en simple tablero de ajedrez. Porque no se puede entender de otro modo el intento de dejar en la Alcaldía en solitario a un partido que cuenta tan sólo con siete concejales. Menos mal que en Izquierda Unida aún les late el corazón, y el propio coordinador provincial, Pedro García, salió ayer al quite para decir que ni locos. Más o menos de acuerdo se puede estar con la gestión de García, pero de lo que no caben dudas es de que un hombre preocupado por la ciudad. De él dependerá en buena parte que su partido, que es historia viva de Córdoba, siga firme en sus posiciones y le diga un claro basta ya a Podemos y sus caprichos. Si cede no sólo sufrirá IU sino también una ciudad que demasiados problemas tiene con un gobierno en minoría como para que vengan desde fuera a desestabilizarla aún más. Lo evidente es que a Podemos no le importa un pimiento Córdoba ni parece que les vaya a importar jamás. Otros son sus anhelos y la ciudad es para ellos mera mercancía.

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