El barómetro de opinión pública que esta semana ha hecho público la Universidad de Córdoba -ya era hora de que la institución académica se implicara en proyectos de este tipo- ha puesto sobre la mesa cuál es la foto fija de la realidad política y social de Córdoba. Como suele ocurrir, y no solo a los partidos sino también a los medios de comunicación, todos nos fuimos a comprobar la intención de voto de los cordobeses para ver la sensación de la ciudadanía respecto al trabajo que realizan los distintos grupos en Capitulares.

Aunque cada uno hace su lectura particular -mirándose el ombligo en la mayoría de los casos-, lo cierto es que el mapa político local apenas cambia. O lo que es lo mismo, el bloque de la derecha -PP, Cs y Vox- sigue sumando prácticamente los mismos apoyos que en 2019 y, por tanto, José María Bellido podría revalidad la Alcaldía. El matiz es que los populares suben en un concejal, Vox en otro y Ciudadanos pierde dos. Nada que no sea previsible. En el bloque de la izquierda pasa los mismo y tanto PSOE como IU y Podemos se quedan como están, sin sumar una mayoría para gobernar el Ayuntamiento.

Así las cosas, parece que todos contentos, o casi. El PP se mantiene firme y ve que eso de estar de perfil en muchos asuntos no le va mal. Cs confirma lo que sabe, que se desangra y que mucho tiene que cambiar para retomar el vuelo. Y Vox satisfecho porque, aunque está entregado al cogobierno en casi todo, su ruido mediático y demagógico parece que le proporciona algún rédito. La izquierda, aletargada en su tarea de oposición, tampoco sufre un desgaste importante y tal vez piense que el día que comience a realizar su labor de verdad, igual el panorama político puede cambiar.

Pero dicho esto, lo que a los cordobeses les importa de verdad es otra realidad que muestra la encuesta. El propio director del barómetro, el profesor David Moscoso, señala en una entrevista en este periódico que el objetivo de este tipo de estudios es que sirvan de reflexión y que generen ideas sobre hacia dónde debe dirigirse la ciudad en sus políticas públicas. Y en ese sentido, algunas de las conclusiones son demoledoras.

Así, un tercio de los cordobeses piensa que ninguno de los partidos políticos que se sientan en los sillones de Capitulares tiene la capacidad de resolver los problemas económicos. Casi un 20% cree que tampoco saben cómo abordar la falta de empleo y, además, los ciudadanos de la capital afirman que el paro es el principal problema de Córdoba, por encima incluso de la crisis sanitaria. Si a ello le unimos que el propio profesor Moscoso señala que no ha visto nunca tanta desafección por la política como la que se aprecia en Córdoba, pues está todo dicho. Confío en que nuestros concejales hayan leído el barómetro en su totalidad y que se hayan sonrojado con algunas respuestas. Que sean capaces de entenderlo es otra cosa. Igual sí. No perdamos la esperanza.