Tomates y calabazas

Lourdes Chaparro

lchaparro@eldiadecordoba.com

De balances y propósitos

Se acaba 2021, un año para olvidar lo malo, disfrutar de lo bueno y confiar en que 2022 sea mejor

Pues ya está, cerramos 2021. Y aquí estamos, tal cual. Parecía que nunca iba y llegar y el año se acaba metido en una sexta ola, con los contagios disparados, más de un centenar de personas ingresadas por coronavirus y con una Cabalgata de Reyes Magos que estrena recorrido en gran parte de España; por su puesto, también en Córdoba. Un año, el de 2021, en el que hemos pagado -y lo que queda- la luz a precios desorbitados, con la inflación disparada, en el que nos ha estallado un volcán -bueno, a nosotros en Córdoba no, sino a la población de La Palma-, en el que hemos tenido que aprender, de nuevo, a volver a ir con la mascarilla en la calle, en el que nos quedamos sin Semana Santa y se improvisó una especie de Feria en El Arenal y redescubrimos los encantos del senderismo.

Un año para olvidar lo malo y disfrutar de lo bueno que ha llegado a Córdoba, como la Base Logística del Ejército de Tierra, que va a ser algo como el maná de la tecnología y de la que todos nos vamos a beneficiar cuando llegue. Un ejercicio, el de 2021, de cambios en el Ayuntamiento de la capital cordobesa con la salida y entrada de nuevos capitulares por distintas cuestiones -entre ellas el cobro indebido de sueldos y una detención policial, que de todo ha habido-. Un año marcado como el anterior por restricciones que han ido rebajándose a medida que al final ha llegado ómicron para devolvernos, en parte, al punto de partida. O eso es lo que parece a tenor de los datos.

Y en esta última jornada de 2021 hay quien hace balance, como dice la canción de Mecano, de lo bueno y de lo malo, y hay quien en su lugar se pone a pensar en un listado de buenos propósitos a cumplir, esos que nos autoimponemos pero que pasado el día de Reyes ya los hemos olvidado.

Un día que muchas personas vivirán separadas de sus familias por culpa de la nueva variante y se tendrán que tomar las uvas en soledad y en la que no faltarán los típicos mensajes en cadena de personas que, incluso, no te hablan en el día a día, pero que oye, que es Fin de Año y te mando una felicitación la mar de hermosa de estas que tocan a arrebato por lo bueno de las intenciones. Un año al que decir adiós con todo lo que conlleva una despedida y con la vista en 2022 para que, al menos, sea un poquito mejor para todos. Pues nada, feliz año.

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