La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

El asesino en familia

A través de las cartas entre un jerarca nazi y su esposa se desvela la banalidad doméstica del mal

Hay libros que se leen de un sorbo, sin poder dejarlos o haciéndolo con pesar -¡las obligaciones!- deseando volver a tenerlos entre las manos, exigiendo cada final de capítulo la lectura del siguiente, metiéndonos en su mundo, que puede ser de concienciación o evasión, de placer o incomodidad, de ficción o realidad. Es el caso de Ruta de escape de Philippe Sands (Anagrama, que ya había editado su magnífico Calle Este-Oeste), absorbente, demoledora, apasionante -"hipnótica e impactante" según el maestro John Le Carré- historia en dos tiempos (el presente del desarrollo de la investigación y el pasado sobre el que se investiga) del jerarca nazi Otto Wächter, culto e inteligente abogado, esposo enamorado de una mujer igualmente culta, inteligente y nazi ferviente que lo amó y admiró, y padre amantísimo de seis hijos, que además de todo eso fue un alto cargo de las SS responsable de miles de muertes durante sus mandatos como Gobernador de Cracovia y Galitzia.

Al basarse en las cartas intercambiadas entre Wätcher y su mujer, y en los diarios de esta, la banalidad del mal toma una horrenda dimensión doméstica. Basten dos ejemplos. Hans Frank, Gobernador General de Polonia, visita el distrito de Galitzia para supervisar la Solución Final y en un acto público se dirige a Wätcher diciéndole: "¡Camarada, tengo que decir lo que has hecho muy bien! (…) No parece que hoy haya ninguna de esa basura [judía] rondando por aquí. ¿Qué ocurre? Me dicen que hubo un tiempo en que en esta ciudad había miles y miles, pero no he visto a ninguno desde que llegué. ¡No me digas que los has tratado mal!". Sus palabras fueron recibidas con risas y aplausos. El segundo ejemplo es aún más brutal en su perversa banalidad. Se está llevando a cabo la definitiva deportación de todos los judíos de Galitzia (medio millón enviados a las cámaras de gas) pero lo que preocupa a Otto Wätcher es que se están demorando los trabajos del jardín con piscina y pista de tenis de su residencia: "Se está deportando a los judíos en cantidades crecientes y es difícil conseguir tierra batida para la pista de tenis" escribe a su mujer. Es difícil encontrar un ejemplo más desolador de banalización del mayor horror que ha conocido la historia. Un libro necesario cuyo título original The Ratline -la vía de las ratas, como se llamaba a las rutas de huida de los nazis tras su derrota- es más expresivo y exacto.

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