SE ha cumplido un año del naufragio del pesquero Nuevo Pepita Aurora, una tragedia que se cobró las vidas de ocho marineros y llevó el luto a Barbate, localidad que todavía hoy no se ha repuesto de este suceso. Porque, por increíble que parezca, un año después no sólo no están claras las causas del accidente que provocó el vuelco del barco, sino que se añaden nuevos interrogantes a medida que aparecen nuevos datos de lo ocurrido. Y es humano que los familiares de las víctimas sientan rabia e indignación por no encontrar respuestas a muchas de las cuestiones que siguen sin estar claras. Sigue sin saberse, por ejemplo, qué pasó en aquellos cuarenta minutos fatídicos desde que la radio baliza del barco debió emitir la señal de alarma por el vuelco hasta que se tuvo la primera noticia del mismo. Tampoco se entiende, como denuncian los abogados de varias de las víctimas, que el pesquero fuese despachado a pesar de que el informe de la Comisión Permanente de Investigación de Accidentes Marítimos constatase hasta cuatro irregularidades. De nada sirvió, por lo que se ha visto, el naufragio anterior de otro pesquero, el O Bahía, similar al Pepita Aurora, de cuya investigación se podrían y se deberían haber extraído conclusiones que habrían ayudado al menos a tomar decisiones sobre la seguridad en barcos del mismo tipo. La tragedia sí parece haber servido para que ahora se hayan aumentado los controles y las inspecciones que la Capitanía Marítima de Barbate debe extender para autorizar cualquier salida a la mar. Pero el terreno de las responsabilidades en una tragedia de esta magnitud sigue sin depurarse y eso, unido a que no existe una explicación oficial, hace más daño en la herida de los familiares de las víctimas. Por todo ello, el primer aniversario del hundimiento del Nuevo Pepita Aurora -que continúa bajo las aguas- es un momento para recordar a las víctimas, honrarlas y pedir a las autoridades que adopten las medidas necesarias para que se cierre ya de una vez el capítulo de las responsabilidades y, en definitiva, de la verdad de lo que sucedió aquel triste día.

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