Cuando el autor de esta opinión se disponía a preparar la que habitualmente rellenamos los sábados en este mismo espacio, he aquí que topamos con noticia que, a página completa, podemos leer en este periódico, El Día de Córdoba, edición del miércoles pasado y cuyo título reza: Las agresiones a personal sanitario siguieron subiendo en el año 2019.

A juicio del autor de esta publicación, cualquier acto de agresión debe ser -y está siendo- noticia. Porque las conductas agresivas, como cualquier otro acto o comportamiento susceptible de producir daño a la gente, no solo son siempre motivo de intranquilidad: son -además, y en general- fundada razón o causa de muy seria preocupación y desasosiego.

Nos pareció ser noticia los deleznables hechos a los que el transcrito titular periodístico se refiere. Que, como dejamos indicado, no son otros que las múltiple agresiones de las que vienen siendo víctimas los médicos y demás personal sanitario.

Estos actos de barbarie hay que hacerlos desaparecer. Cuanto antes, por los cauces que resulten precisos y por razones de distinto pelaje. Entre otras, porque cada vez que se producen los comportamientos agresivos en los centros sanitarios, ello puede impedir -o deteriorar, como mínimo- el normal funcionamiento de unos servicios de los que no podemos prescindir sin resultar, a veces, víctimas de una espera que, en no pocas ocasiones, supone un grave riesgo para de la vida de algunos pacientes que precisan atención médica de manera inmediata.

Lamentablemente, los comportamiento agresivos no constituyen, hoy por hoy, una amenaza que afecte en exclusiva al personal sanitario. Como es de dominio público, los hechos calificados periodísticamente de noticia -porque traen causa de actos agresivos- los encontramos a diario y en cualquier lugar: en las propias familias y hasta con niños, en los lugares de trabajo, en el fútbol…

Sin embargo, y a juicio del autor de esta opinión, como los hados (y hadas) no lo remedien, las agresiones llevan rumbo de no ser noticia para convertirse en mera rutina. A tenor del diccionario oficial, "ser noticia" es "tener interés informativo para los medios de comunicación". La reiteración deviene en falta de interés. En consecuencia, el acto agresivo pasa a normal... en apariencia.