Córdoba | rayo vallecano · la previala vuelta olímpica

Toni Cruz / Córdoba / Francisco / Merino

Otra actitud y otro resultadoLuna somos todos

Duro estreno Luna Eslava debuta en casa ante uno de los equipos revelación Cambios Se espera otra actitud de los futbolistas debido al distinto estilo del nuevo entrenador

Hoy empieza la temporada para el Córdoba. Tras quince jornadas, la verdadera batalla de este club -la que, año tras año, se obliga a pelear hasta la extenuación por su propia incompetencia- arrancará esta tarde ante el Rayo Vallecano. El objetivo, claro, salvar el cuello.

Durante esta convulsa semana y como una suerte de catarsis colectiva (prácticamente exenta de autocrítica, eso sí), la junta directiva fulminó al que fue el técnico en este primer tramo de competición, José González, para darle las riendas -sin provisionalidad aparente- a un hombre de la casa, Luna Eslava.

La medida, en lo psicológico al menos, parece que ya está dando sus primeros frutos. El trotar de los futbolistas en los pocos entrenamientos (dos exactamente) públicos con el nuevo adiestrador es más alegre. Las caras, menos tensas. Las palabras de los futbolistas oscilan entre la ilusión por la nueva etapa y el rechazo (más o menos velado) del pasado más reciente. Eso sí, nadie se atrevió a hacerlo con José González al frente: ¿Prudencia o cobardía?.

¿Tanto cambiará el nuevo Córdoba del visto en Elche o en Salamanca? En lo táctico parece ser que sí. Luna presionará al rival arriba y buscará algo más que la estrategia y los fallos ajenos para vencer.

Pero, como tanto ha repetido (lo hizo ya inmediatamente después del choque del Martínez Valero) el capitán Pierini esta semana, lo principal es que cambie la actitud de los que se vestirán de corto. Que vuelva el hambre de ganar. El apetito de puntos y de gloria.

Porque, además, empieza a hacerles falta con urgencia. Tras volver de vacío de las dos últimas (y consecutivas) salidas, el margen del Córdoba con el descenso se ha quedado a cero. Únicamente la diferencia de goles con el Eibar permite aún a los aficionados velar armas con el equipo en Segunda.

Luna lo sabe. Y es consciente de que no se le va a exigir menos por ser un recién llegado. Ni por su incuestionable amor a los colores. La afición de El Arcángel, machacada por tantas malas planificaciones pretéritas y presentes, no entiende ya de otra cosa que no sea de puntos (y, si puede ser, acompañados de un poquito de fútbol). Por eso hoy su paciencia, que existirá, se agotará si la mutación no se aprecia en el carácter de sus muchachos. Y las miradas, de tener que dirigirse, no apuntarán en ningún caso al nuevo inquilino del banquillo.

Por eso es tan importante el encuentro ante el Rayo. Una victoria implicaría una suerte de borrón y cuenta nueva y sería el mejor colofón a esa pretendida inversión en moral que se buscaba con el cambio de entrenador. No vencer sería grave. Sobre todo en lo anímico.

Para complicar aún más el tinglado, el oponente no es una perita en dulce. El histórico Rayo, pese a ser un recién ascendido, ha confeccionado una gran plantilla y está funcionando a las mil maravillas bajo la batuta de Pepe Mel. Eso sí, su gran lunar radica en los partidos fuera de casa, donde no ha conseguido aún ganar (dato que, teniendo enfrente al Córdoba, nunca se sabe si es positivo o negativo).

Para contrarrestar las virtudes vallecanas (muchas, pero más en ataque que en defensa), Luna Eslava ha ensayado los dos últimos días a puerta cerrada. Siendo como es una completa incógnita su primera alineación, se apunta a la recuperación de piezas clave como base para cimentar la resurrección del equipo cordobesista.

A su disposición tendrá el nuevo técnico a Ceballos y a Ito (ya cumplieron ambos su castigo por las tarjetas vistas en Salamanca) y a José Vega, que no pudo jugar en Elche por una cláusula contractual.

En la sala de prensa, ayer, se barruntaba un posible once inicial. La mayoría apostaba por un revolucionario esquema 4-1-3-2 susceptible de transformarse en un 4-1-4-1. En todo caso, lo que parece claro es que Luna va a apostar por un único organizador que sea capaz con la misma entereza de crear y de romper. Un todoterreno. Endika contaba ayer con más papeletas entre los informadores-profetas como actor en esa pieza básica.

La ausencia de convocatoria deja abiertas todas las puertas a la imaginación. Luna, mucho más tranquilo que en su presentación, sí aclaró que Javi Pérez es uno más. Que no subió de rebote, sino por su imparable progresión. Es una buena noticia. Como positivas nuevas serán, en una tarde de flashes, los cien partidos de Asen; el estreno de la mascota Koki y la recogida de alimentos de Cordobamanía.

"¿Cómo es posible (que me animen), si tengo que ser yo quien les pida disculpas y los anime a ellos por perder su tiempo y su dinero para ver una derrota?". Es una de las reflexiones recogidas en una emotiva carta de despedida de José a la afición. Por ellos, por esa ilógica, los de corto les deben una. Ya no tienen excusas que valgan.

CON sus mismos nervios, con sus mismas dudas, sus mismas inquietudes, sus mismas sensaciones, sus mismas expectativas, sus mismas preguntas, sus mismas respuestas imaginadas, sus mismas ansias por respirar profundamente al final del partido y sentir que las cosas pueden cambiar. El cordobesismo asiste al último partido del año en El Arcángel y al debut en el banquillo de uno de los nuestros: Juan Luna Eslava, aquel jugador de Fernán Núñez que honró la profesión de central marcador con una sólida carrera profesional, en la que jamás vio una roja. Siempre supo manejarse sin estridencias. Hoy es el entrenador titular del Córdoba y afronta un partido, no un juicio.

Lo que suceda esta tarde en el estadio ante al Rayo Vallecano no explicará si Luna es el técnico ideal para liderar este proyecto, ni si este increíble Córdoba va a terminar sufriendo por la permanencia o acomodándose en los puestos medios, como aseguran con idéntica firmeza tanto su antecesor en el cargo -un José González que no tuvo la opción de despedirse en casa, como Dios manda- como Emilio Vega, un director deportivo que sigue transmitiendo esa imagen imperturbable, como quien lo tiene todo bajo control, que tanto gusta a sus superiores y palmeros.

Pero vamos por partes. El Córdoba persigue hoy un resultado y una actitud, un par de desafíos cuantificables y perceptibles por una afición algo desconcertada -aunque cada vez menos, por la reiteración de sucesos traumáticos-, pero consciente de que debe jugar su papel de modo decisivo. Hoy no se conocerá el destino del equipo, pero se podrán ver algunas pistas.

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