Mensaje en la botella

El acoso escolar es tarea de todos

Que una familia pueda temer por la integridad sus hijos al ser víctimas del hostigamiento de otros menores es una situación desgarradora y angustiosa. Estamos acostumbrados -por desgracia- a ver situaciones de ese tipo en los medios, pero casi siempre como algo lejano, que ocurre en otros sitios, sin imaginarnos que esa realidad puede estar en nuestro entorno más cercano. Sin duda, lo más impactante de la nueva red de entidades Córdoba Suma que se presentó el pasado viernes en el Palacio de Viana, fue el relato de una víctima, Alejandro, un chico cordobés de apenas 11 años que contó en primera persona su drama durante cinco años, un calvario que como padres y madres que somos nos estremece de una manera extraordinaria.

"Recibía palizas casi a diario. Me preguntaba por qué me lo hacían y nunca llegué a saber por qué. En la escuela no me ayudaba nadie; y esperaba que en esos momentos el director, el jefe de estudios o algún profesor que otro me hubiera ayudado, porque tenía ganas de morirme, de no existir, sentía mucho miedo y rabia y muchísimo dolor, con muchísimo sentimiento de impotencia y muchísimo de culpa, porque llegas a pensar que te están maltratando porque me veían diferente, porque no tenía los mismos gustos que ellos no respetaban mi forma de ser". Son algunas de las frases de Alejandro, un testimonio durísimo y aterrador. Su caso, como el de otros muchos, revelan no sólo que algo estamos haciendo mal, sino que ha llegado el momento de actuar, sin dilaciones y sin paños calientes.

No dudo de que las administraciones están haciendo su trabajo, pero eso solo no basta. Las familias -y toda la sociedad- tienen que implicarse mucho más y los responsables educativos y policiales mejorar sus sistemas de control, porque a la vista está que tienen algunas grietas. Ahora, que estamos en precampaña electoral, vemos por ejemplo que el problema del acoso escolar no ha estado presente en ningún acto propagandístico con los que nos martillean un día sí y otro también todos los partidos políticos. No está en su agenda.

A tiempo están aún. Y si tienen alguna duda, les recuerdo algunos datos que este periódico ya ofreció hace unos meses del Servicio de Atención Telefónico del Ministerio de Educación respecto al maltrato y el acoso en las escuelas. En su primer año, sólo a través de esta vía, 162 casos en la provincia de Córdoba, 13 de ellos graves hasta el punto de que tuvieron que intervenir las autoridades. Más cifras: el 35% de la víctimas son jóvenes entre 11 y 13 años, el 70% de los expedientes el acoso se produce a diario, mientras que en un 23% es semanal. Seis de cada diez víctimas dan cuenta del problema a sus padres o madres y profesores, mientras que a compañeros o amigos se acude en el 3% de las situaciones. En un 23% de los casos se llega al aislamiento social por el impacto de la situación y en un 22% se produce una bajada sensible del rendimiento escolar.

¿Cuántos Alejandros necesitamos para abrir los ojos? Es una tarea urgente de todos, porque educar también forma parte de nuestras obligaciones.

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