La Rayuela

Joaquín / Dobladez /

Se abre el telón...

SEGÚN Heffner, la primera escena del primer acto, debe estar destinada a producir los siguientes efectos. Concentrar la atención del público. Adueñarse de su interés. Conducir adelante este interés y establecer la modalidad de la obra, es decir, indicar al público como deberá tomarla.

Así pues, el pasado martes por la tarde se abrió el telón. Su majestad tras efectuar la segunda ronda de contactos con los portavoces parlamentarios, encarga formar gobierno al que presumiblemente tiene más opciones. Y si no las tiene al que al menos ha mostrado su disposición a intentarlo tras la renuncia de Rajoy. El presidente del Congreso, lo comunica dando una orientación sobre la duración de la obra. Consciente de las dificultades, pero con la firme convicción de cumplir con un deber para con los ciudadanos, el líder del PSOE se dispone a iniciar conversaciones a izquierda y derecha. Es la exposición. En rueda de prensa Pedro Sánchez anuncia su voluntad de buscar una solución de gobierno que desbloquee la situación, evitando una nueva cita electoral. Ante la mirada desconfiada de los periodistas solo él parece estar convencido de que es posible.

El reparto pese a haberse renovado esta temporada es ya de sobra conocido. Pedro, Pablo, Albert, Alberto… y por supuesto Mariano, ay Mariano. Todos acceden a sentarse, y van apareciendo en escena ordenadamente de menor a mayor. Cada uno plantea una posible solución casi siempre incompatible con el siguiente. Días de encuentros y desencuentros. Mientras tanto aparece una encuesta oficial caducada. Suciedad, mucha suciedad al fondo a la derecha… Esta segunda parte es el nudo de la obra. Es donde ésta se desenvuelve. Hace entendible lo que se sugirió en presentación. En una palabra, desarrolla la trama. Los equipos negociadores elaborarán borradores de borradores con diferentes versiones sobre diferentes temas. Se establecerán líneas rojas, algunas con posibilidad de ser rosas. Noticiarios, periódicos, analistas radiofónicos acompañarán la negociación haciendo predicciones, interpretando gestos, sumando, restando. Llevan un año. Se jugará con la posición, la propia pero sobre todo la del otro, responsable en cualquier caso de la imposibilidad de acuerdo. Y no faltará quien mantenga la duda de si se trata de una negociación o una representación de la misma.

El desenlace es donde se resuelve favorable o desfavorablemente el conflicto o problema en la obra. Para eso nos queda algún tiempo. Es conveniente, cuando se trata de obras infantiles, que la resolución de estos problemas sean totales, que no dejen interrogantes que por su abstracción, serian difíciles de entender para los niños.

https://www.youtube.com/watch?v=C7KdZhA1jF0

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