Vox y la economía

Hay que reconocer a Vox que es el único partido que, en España, se aparta de la manada socialdemócrata

Hace unos días, Iván Espinosa de los Monteros, número 3 en la lista madrileña al Congreso y uno de los indudables hombres fuertes de Vox, compareció en Sevilla ante un nutrido grupo de empresarios y profesionales para lanzar el primer mensaje económico de su partido en esta larga precampaña. Lo hizo flanqueado por dos catedráticos de la Universidad de Sevilla, personas de verdadero prestigio en sus campos, la Economía Aplicada en el caso de José Manuel Cansino y la Filosofía del Derecho en el de Francisco José Contreras, especialmente bien elegidos si se desea tener en cuenta los fundamentos filosóficos y las consecuencias técnicas de las decisiones políticas. Con esos espadas el resultado del acto sólo podía ser brillante y del gusto del respetable, pero más allá de la trillada metáfora taurina en que incurro y del marco proporcionado por el Círculo de Labradores, no hubo más concesiones al casticismo.

En Sevilla emergió una faceta que pocos recuerdan en este Vox revestido con la camisa legionaria a raíz del golpe secesionista y los baños de masas. Esa faceta nos retrotrae a sus tiempos fundacionales, cuando Vox apuntaba a un partido de notables liberales y conservadores en el que las ideas económicas ocupaban tanto o más espacio que el patriotismo o el desafío a lo políticamente correcto. Sin embargo, la componente liberal sigue muy viva de creer a Iván Espinosa en su exigencia de drástico adelgazamiento del Estado, en la denuncia de la mentalidad de la subvención y en la propuesta de levantamiento del yugo fiscal bajo el que cruje la economía familiar y empresarial de los españoles.

Nadie más presenta hoy en España un programa económico liberal para una sociedad acostumbrada a todo un siglo -desde la Dictadura de Primo de Rivera-de creciente intervencionismo estatal por encima de ideologías y regímenes. Se piense lo que se piense, hay que reconocerle a Vox su valor y originalidad, también al apartarse de la confortable manada socialdemócrata. Pronto sabremos si esas propuestas tienen alguna oportunidad de implantarse, o al menos de influir sobre las medidas económicas, antes de que la nueva crisis que ya empieza a asomar su velluda pata bajo la puerta nos arrolle de nuevo. No es poco saber, de momento, que existe una alternativa al discurso único con aplicación bipolar que ha hecho y deshecho la economía española desde tiempos de Zapatero.

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