El habitante
Ricardo Vera
Suresnes
Por montera
Resulta que no nos habíamos percatado hasta ahora de que, para fortalecer al Estado democrático español y frenar a la arbitrariedad de quienes gobiernan, es necesario legalizar los insultos. Este innovador argumentario es el que utiliza el PSOE para defender la proposición de ley que despenalizará las injurias al Rey, el enaltecimiento del terrorismo, y de los terroristas y los actos que humillen a las víctimas. O sea, será la nueva ley del insulto que ya se está empezando a tramitar en el Congreso de los Diputados con el apoyo del PSOE, Sumar y todos los partidos izquierdistas y separatistas. Así pues, cuando el Rey y la Familia Real estén cumpliendo con su función pública en cualquier acto, los ciudadanos les podrán insultar mientras ellos deberán mantener la sonrisa y saludar con la mano, porque eso hará más fuerte al Estado español. ¿Si se pueden quemar las banderas de España sin que nada les pase a los que la odian, podría quemarse entonces la catalana y la vasca? Habrá que ver qué habilidades articularán desde este Gobierno que todo lo desgobierna, y dónde pondrán una de esas líneas rojas que quitan y ponen a su antojo para redactar la ley del insulto. A Pedro Sánchez le escuchamos cada día lloriquear porque dice que se le insulta. Como le afecta tanto a su salud mental, el PSOE ha hecho un hilarante vídeo para que empaticemos con su profundo dolor, en el que recopilan lo que él considera que son insultos. No son insultos, son definiciones. Bien: ¿si tan intolerables le resultan a Pedro Sánchez las injurias por qué quiere despenalizarlas? ¿Por qué no se podría ultrajar al Sánchez y sí al Rey? ¿Por qué hay que legalizar aplaudir a los etarras y agraviar a sus víctimas? Otra cuestión es que tenemos en la Audiencia Nacional un juicio contra dos pakistaníes que se enfrentan a tres años de cárcel por insultar y enaltecer el terrorismo yihadista por el caso Charlie Hebdo. Han pedido que se les absuelva porque está en trámite esta derogación del enaltecimiento del terrorismo. Además de celebrar la decapitación de un profesor y el apuñalamiento de dos personas, los pakistaníes juzgados defienden la Ley de la Blasfemia en Pakistán, por la que, en cualquier parte de mundo, se podría decapitar por ofender al profeta Mohamed. Despenalizar las injurias al Rey, a la bandera, a las CCAA, favorecer el enaltecimiento al terrorismo no hace más fuerte a España, lo que hace es que coja más fuerza la República y sus nefastas consecuencias.
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