Crónica Personal

Tufo victimista

Raro, raro, raro, aunque en campaña cosas más raras se han visto, todas producto de bien estrategias diseñadas

En la peripecia de Olona con su empadronamiento en Salobreña hay un tufo victimista, electoralista, que echa para atrás. Olona, que se presentó al Congreso por Granada aunque no tenía vínculos con esa ciudad, cuando le pidió Abascal que fuera candidata a la Junta, se empadronó en Salobreña. Nada que objetar si lo hacía conforme a la ley. El presidente de Vox en Granada facilitó que se empadronara en su casa de Salobreña y todo marchaba sobre ruedas hasta que ese presidente, respondiendo a una pregunta malévola, afirmó que no podía decir que Olona residía allí de forma habitual porque mentiría. Ocasión que aprovechó la alcaldesa de Salobreña, socialista, para recurrir ante la Junta Electoral. Que ha fallado en favor de Olona. Raro, raro, raro, aunque en campaña electoral cosas más raras se han visto, todas ellas producto de estrategias perfectamente diseñadas.

Olona tiene muy buena cabeza, sorprende que no tomara las medidas necesarias para que no se cuestionara su empadronamiento. Sorprende también que fuera su propio anfitrión el que levantó la liebre; y que Olona se empadronara en un municipio socialista, donde la alcaldesa estaría muy pendiente de sus pasos. Por otra parte, una dirigente como ella seguro que encontraría voluntarios de sobra en Andalucía para empadronarla en su casa, o podría alquilar un apartamento. Como han hecho tantos candidatos de diferentes partidos a lo largo de los años.

Si a eso se suma que el partido que más cuida a Vox es el PSOE, al que interesa potenciarlo para que el PP de Feijóo se vea obligado a pactar con él y ser acusado de gobernar con la extrema derecha -pecado mortal en esta España en la que Sánchez gobierna con la extrema izquierda- empiezan a cuadrar las cosas.

A Vox le ha venido mal que Feijóo sea el nuevo líder del PP. La debilidad de Vox está en su absoluta falta de experiencia de gestión y en su falta de cuadros, muchos de ellos miembros rebotados del PP y de Ciudadanos. En una situación así, y vista la importancia de las andaluzas, los estrategas de Vox -hay varios y saben qué terreno pisan- han puesto a Olona en órbita con el debate sobre su empadronamiento y la acusación de que los partidos mayoritarios trataban de anular su candidatura. Victimismo puro, que siempre provoca adhesiones. Al PP puede que no le interesase tener a Olona como rival de Moreno, pero al PSOE … haría lo que fuera para que Olona sacara votos de debajo de las piedras y obligara a Moreno a convertirla en vicepresidenta de la Junta, que es lo que quiere.

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