AHORA que ostentamos la triple corona de Patrimonio de la Humanidad -Mezquita, Casco Histórico y Fiesta de los Patios- no hay nada mejor que darse una vueltas por el centro un día como ayer para darse cuenta de que nosotros mismos estamos empeñados en evitar que los turistas pernocten aquí. Ayer, quien quisiera visitar el Museo Romero de Torres o la Posada del Potro por la tarde se quedó con la ganas. Aprovechan do que era sábado, festivo y puente, ambos atractivos singulares de la ciudad cerraron sus puertas entre las 14.00 y las 14.30 y hasta hoy. Igual es una nueva forma de intentar fijar a los turistas: cabrearlos para que duerman aquí por obligación si quieren ver nuestras singularidades. ¿Creen que funciona?

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