Córdoba, tan alabada y exaltada en esa hoguera de las vanidades llamada Fitur, a la que todo concejal en el poder, o muchos, tal vez demasiados -diría yo- aspira a ir a gastos pagados, tiene efectivamente enormes virtudes. Como cordobeses orgullosos de nuestra tierra lo sabemos mejor que nadie, al igual que somos conscientes, y debemos necesariamente serlo, de que tiene también algunas y serias carencias. A ellas, desde principios de este año se une una nueva, la Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial ha acordado suprimir el Juzgado de Primera Instancia especializado en materia de cláusulas abusivas de nuestra ciudad, conocido como el de las cláusulas suelo.

Aunque es posible que a muchos no les afecte y muchísimos no lo echen de menos, es seguro que los que más lo agradecerán serán las entidades financieras. Resulta extraño que el Consejo suprima un órgano que venía desarrollando su función de manera impecable y con una carga de trabajo abrumadora, con más de 5.700 asuntos pendientes de resolver y señalamientos fijados para abril de 2025, privando así a miles de consumidores cordobeses de una instancia esencial y específica para la tutela y defensa de sus derechos e intereses. Ello conllevará una, aún mayor, carga para el resto de juzgados con los miles de asuntos de esta materia, abrirá la disparidad de criterios a la hora de resolver estas cuestiones e, inevitablemente, desatará un importante incremento de la litigiosidad y recursos ante la Audiencia Provincial.

Todo esto, no olvidemos, acordado por un Consejo, por lo demás, en el tiempo de prórroga, deslegitimado por la caducidad de sus nombramientos y cuya renovación solo depende de que actores políticos necesarios abandonen la deslealtad institucional y piensen en el bien común antes que en su provecho electoral.

Y si es extraña la decisión de la Comisión Permanente del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) que pone fin a la competencia exclusiva para tramitar y resolver estos procedimientos en el Juzgado de Primera Instancia número 11, no lo es menos el silencio de muchos de nuestros representantes locales. Políticos y defensores de los derechos de los consumidores, que debían pulsar la realidad en todas las esferas de la ciudad, han abordado poco o nada el asunto, estrepitoso silencio ante una medida funesta para los ciudadanos, para los consumidores de Córdoba.

Seamos conscientes de todo lo bueno y excepcional que tenemos, de nuestras fortalezas, y exhibámoslas con orgullo, pero no perdamos perspectiva y conozcamos también nuestras carencias, solo así podremos atenderlas de la mejor manera. Mucho éxito en Fitur y buen viaje de vuelta a todos, todos.

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