CON amplias sonrisas Profidén, rostros bronceados y muchas ganas de reír inauguraron nuestros próceres políticos y económicos la nueva temporada el pasado miércoles por la noche durante la puesta de largo del avión con el que Flysur quiere llevar el sueño de un futuro mejor para Córdoba por toda España. En un cóctel muy original, por aquello de que se celebraba a pie de pista y con un avión como reclamo, pudimos ver a todos los que parecen ser alguien en la ciudad departiendo amablemente sobre lo bien que se está en la playa, lo ricos que son los espetos de Torremolinos o las pocas ganas que le entran a uno de volver al cole a primeros de septiembre. Lo histórico de la convocatoria, la recuperación de los vuelos comerciales en el aeropuerto después de 23 años, llenó el acto y allí se pudo atisbar por dónde cree el personal que va a ir la cosa en los próximos meses.

En lo político, al menos, parece que lo tiene todo el mundo claro. Rosa Aguilar afronta otro otoño caliente (el quincuagesimoséptimo en diez días) con eso de la Asamblea Federal de IU y con el goteo de proyectos por hacer en la ciudad. Consciente del escaso perfil que ha ofrecido su gobierno en los últimos tiempos, Rosa cerró el curso pasado con una remodelación más de fondo que de forma para tirar de su guardia pretoriana y enfrentarse mejor a una oposición cada vez más crecida. Vuelve Andrés Ocaña a la portavocía, garantía de brega y pelea, y se suma Paco Cárdenas a Infraestructuras para -aunque no haya un duro- darle fuelle a eso de las obras municipales, que son las que ganan elecciones. Además ha sumado un director general de comunicación para cubrir las carencias claras que en esta materia mostraba y, de paso, meterle un gol al subdelegado del Gobierno y dejarlo compuesto y sin novia. (Por cierto que más de uno comentaba el miércoles que el señor Ruiz se ha llevado aquí un palo del calibre del que le dio Cabello de Alba cuando le dejó por el más joven y lozano Nieto). En fin, que Rosa tira de carne de perro, dicho sea con todos los respetos, para recuperar el tono y volver a dar impresión de que la que manda aquí es ella.

Y luego están los demás, también morenos y felices pero en situaciones diferentes. A Nieto se le ve crecido, con el pecho hinchado por la labor de goteo que hacen los suyos y actuando cada vez más de alcalde en la sombra. Habrá que ver si la estrategia le sale y no peca de orgullo antes de tiempo. Desde luego, hay que destacar, y agradecer, la labor de sus chicos en agosto, que es un mes muy largo y siempre hay que contar algo en el periódico. Y, finalmente, queda Rafa Blanco, al que su viaje a Pekín ha dado el aire atlético que necesita si quiere mantener el ritmo frenético que llevó el curso pasado. Habrá que ver si lo aguanta, si los de su grupo le siguen y si es cierto eso que comentaban algunos entre cervecita y tapa de que sus mayores ya han puesto los ojos en otro nombre para reflotar Córdoba. Se verá.