Crónica personal

Pilar Cernuda

Semana de 'negritas'

Será en primera o en segunda vuelta, pero esta semana tendremos investidura del presidente ...y negritas. Acabarán las especulaciones, la rumorología y las listas, respirarán los que aspiran a un puesto de ministro y no les llega la camisa al cuerpo porque todavía no han recibido la llamada de Zapatero, y quedarán tranquilos los acosados por periodistas y colaboradores que no comprenden su silencio y pretenden saber si ha recibido llamada o confirmación del presidente. Los que entran dirán que se entregarán en cuerpo y alma a la tarea y que tratarán de estar a la altura de la confianza que les ha dado el presidente; los que salen,ocultarán sus lágrimas amargas y declararán a los cuatro vientos que se sienten felices de iniciar una nueva etapa en la que podrán disfrutar más de la familia. Es decir, el escenario de siempre, un deja vu con todas las letras. Pocos son sinceros para aceptar públicamente su decepción.

Las negritas de Zapatero demostrarán si es cierto que el presidente quiere iniciar una nueva etapa pensando más en los problemas de España que en sí mismo, aunque estas cuatro semanas dan a entender que lo del talante y el diálogo es pura palabrería y tendremos más de lo mismo, lo que no augura nada bueno para un país que debe afrontar una crisis económica que el Gobierno se niega a reconocer. Pero demostrará también si Zapatero quiere contar con los mejores o se apunta a los más serviles, los que nunca le plantearán un problema insistiéndole en la necesidad de determinadas medidas, aunque puedan tener un coste electoral importante.

Es también semana de negritas para el PP. Rajoy y Soraya -SSS, las tres eses- han preferido aplazar la designación de portavoces parlamentarios hasta conocer los nombres de las personas que van a ocupar cada cartera, pero ya les toca deshojar finalmente la margarita y que se ponga fin al ataque de nervios que sufren destacadas personas del PP que no acaban de ver con buenos ojos los nombramientos realizados hasta ahora en el partido, entre otras razones porque no se ha contado con ellos, con los que están nerviosos. Todo ello genera especulaciones sobre listas alternativas a Rajoy, presiones a Esperanza Aguirre para que dé el paso y, sobre todo, provoca una gran decepción o incomodidad, como quiera llamarse.

Rajoy tiene negritas ahora y negritas dentro de dos meses; debe resolver un puzzle, como le gusta decir a SSS, y mal le van a ir las cosas como presidente del partido si no acierta en los nombramientos. Es bonito hablar de renovación, pero hacerla sin pisar callos es asunto muy complicado.

Aún quedan cuatro o cinco días para jugar a las listas. Pero después ya conoceremos las mimbres con que Zapatero y Rajoy pretenden hacer su trabajo en los próximos años.

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