Tinta y borrones

San Valentín

Es un buen momento para agradecer a todos los que hacen que lo extraordinario se convierta en normal

En pleno día de los enamorados, donde el rojo y los corazones estarán hasta en la sopa para todos aquellos que quieran celebrar que la vida es mejor si es compartida, hay una historia de amor que sobresale entre las demás. De ella se da cuenta hoy en las páginas de este periódico y es la de una madre que ha donado parte de su hígado a su hija, afectada de una enfermedad rara y congénita que le impedía llevar una vida normal y que estaba a punto de causarle graves daños cerebrales irreparables. La generosidad de esa madre, unida a la pericia de los profesionales del hospital Reina Sofía ha permitido que la pequeña tenga una segunda oportunidad y pueda disfrutar de una vida plena gracias a que ahora su hígado convive con parte del de su madre. La operación ha sido un hito en la sanidad andaluza, ya que es la primera vez que se aplica esa novedosa técnica con resultado positivo. Si las dos estaban unidas desde antes de nacer, ahora tienen un motivo más para sentir lo maravilloso que es dar y recibir vida. ¿Qué más prueba de amor puede hacer una madre por su hija?

Dice la donante que no tuvo ninguna duda en someterse a la operación. Imagino que ninguna madre cabal la tendría en una situación así. El amor sobre todas las cosas entre los padres y sus descendientes es una de esas situaciones que pierden el carácter de extraordinario y se enmarca entre la rutina, afortunadamente en el mayor de los casos. A veces, demasiadas, se nos olvida que tenemos una persona que daría hasta su propia vida por nosotros si fuera necesario y que no dudaría ni un segundo en hacerlo. Esa entrega y generosidad se convierte en parte de nuestra vida y hasta en obligado cumplimiento derivado del egoísmo que pueda generar en los hijos un amor tan incondicional.

Mercedes y su hija han dado un ejemplo de generosidad, solidaridad y entrega, aunque seguro que ella no se siente mejor madre que otras, que dan lo mejor de ellas cada día. En un día para celebrar el amor, lo haya inventado o no El Corte Inglés, es un buen momento para agradecer esa entrega a todos los que hacen que lo extraordinario parezca normal. Novios, maridos, amigos, hermanos, primos, padres... Seguro que todos tenemos algo que celebrar y decirle a esa persona, sea quien sea, que todo lo que hace por nosotros no es normal, sino que tiene un valor infinito.

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