Anda revuelto el patio en Capitulares. Y no por el covid y su nefasto impacto en Córdoba, sino por otras cuestiones que ya empiezan a hacerse habituales y que no son precisamente la mejor tarjeta de presentación de una administración local. Y es que la entrada en el equipo de gobierno de la que será nueva concejala, María Luisa Gómez Calero, ha sido toda una sorpresa por varios motivos. La primera, porque la propia afectada ha estado esquivando responder si ocuparía o no el escaño. La segunda, porque a nadie escapa que su relación con Ciudadanos -partido por el que se presentó a las elecciones- acabó como el rosario de la Aurora después de denunciar presiones del concejal de Deportes, Manuel Torrejimeno, cuando Gómez Calero era gerente del Instituto Municipal de Deportes (Imdeco), un asunto feo que llegó incluso a los tribunales y cuyo juicio político aún habrá que dilucidar en la comisión de investigación aprobada en el Pleno.

María Luisa Gómez ya no es afiliada a Ciudadanos. Entra como independiente, pero se supone que tendrá que acatar la disciplina de los naranjas, un grupo en el que coincidirá precisamente con Torrejimeno, que fue el que la denunció y promovió su expulsión del partido. ¿Alguien entiende algo?

Para colmo, la nueva edil asume la cartera de Casco Histórico -con sueldo, que no falte-, un área que hasta ahora pertenecía a la parte del cogobierno del PP y por la que han pasado ya tres personas en menos de dos años. Repito: ¿alguien entiende algo?

Estos movimientos podrían interpretarse como un acto de generosidad, pero es que resulta que el cogobierno de PP y Cs suma 14 concejales en el Pleno, con lo que no llegan a la mayoría absoluta (que son 15), de ahí que siempre tengan que recurrir a los dos votos de Vox para los asuntos importantes. Eso quiere decir que Gómez Calero es necesaria para la estabilidad del gobierno municipal, con lo que su entrada en Capitulares como concejal liberada desprende un tufo sospechoso. ¿Se entiende ahora?

Cierto es que la oposición -que para eso está- ya ha alertado de que la estética está brillando por su ausencia en este tema, si bien tampoco están ahora para dar muchas lecciones. El PSOE bastante tiene con capear el caso del "zuncho" de su portavoz y exalcaldesa, Isabel Ambrosio, que tendrá que declarar en sede judicial por una infracción urbanística y que veremos cómo acaba. No pinta muy bien.

De IU, poco que decir, más allá de que su voluntarismo en Córdoba se ve ensombrecido por la decisión a nivel nacional de diluirse en Podemos y dejar de existir, con todo lo que ello acarrea. Los dos concejales morados en el Consistorio bailan al son que le marca IU y ponen mucho esfuerzo en la denuncia y muy poco en plantear alternativas más o menos creíbles. Vox, pues en su línea de dejar muchos titulares contra PP y Cs para luego plegarse a ellos a la hora de las decisiones de calado.

Y ese es el panorama que tenemos. Mientras que la crisis nos azota a todos, el ruido que sale de Capitulares no es ni el que quieren ni el que necesitan los cordobeses. Y esto no ha hecho más que empezar. A ver cómo acabamos, pero a este paso...

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