La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

El Rey emérito en el funeral de Isabel II

Nada impide o debería hacerlo que Juan Carlos I acuda al funeral de Estado de la reina de Inglaterra

El ataque de moralidad que le ha dado a gran parte de este país y especialmente a la Casa Real y al Gobierno con el Rey emérito es notable. El país le debe a Juan Carlos I haber sido el puente institucional entre la dictadura y la democracia haciendo posible la transición que tan exactamente definió Suárez: "se nos pide que cambiemos las cañerías del agua, teniendo que dar agua todos los días". El Gobierno es tan pródigo en indultos a quienes, a diferencia del Rey emérito, han sido investigados, acusados, juzgados y condenados en firme, como severo con el rey emérito que, si bien ha sido investigado por hechos poco ejemplares e indignos de sus responsabilidades, no ha sido acusado y por lo tanto tampoco juzgado y condenado. Y la Casa Real, que tanta distancia aséptica establece entre el actual Rey y su padre y predecesor invitándolo de acuerdo con el Gobierno a un exilio voluntario, quizás no debería olvidar que le debe más al Rey emérito de lo que pueda reprocharle por los daños que haya causado a la institución: la restauración de la monarquía y el trono que ocupan, nada menos. En resumen: por graves que sean sus culpas, que lo son, si no desde el punto de vista legal sí desde el ético y el de la obligada ejemplaridad que su cargo exigía, más importante e incluso decisivo es lo que este país y la Casa Real le deben.

Ahora ambos, Gobierno y Casa Real, deben gestionar la invitación oficial cursada desde Buckingham tanto a don Juan Carlos y a doña Sofía como a Felipe VI y doña Leticia para asistir al funeral de Estado por Isabel II. También la debe gestionar el Rey Emérito que, si bien no tiene causas pendientes en España, sí podría tenerlas en Reino Unido, aunque de momento nada impide que acuda a dicho país para asistir al funeral de Estado de Isabel II.

Mientras escribo se hace público que Juan Carlos I y doña Sofía asistirán al funeral. Es lo lógico tanto por protocolo, ya que han sido invitados todos los jefes y exjefes de Estado europeos, como por parentesco: don Juan Carlos y doña Sofía son, al igual que Isabel II, tataranietos de la reina Victoria, llamada la "abuela de Europa" por su política de matrimonios entre sus muchos hijos y la casi totalidad de las casas reales del continente. A lo que hay que sumar la excelente relación mantenida entre Juan Carlos I y el actual Carlos III. Nada, ni legal ni razonable, impide que el Rey emérito acuda al funeral.

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