Crónica Personal

El Rey y Cataluña

Si los independentistas pensaban que don Felipe se iba a achantar es que no conocen al Rey

Con todo respeto: no todo el mundo se está tomando con igual interés la defensa de los intereses españoles en Cataluña. El presidente Sánchez, con el argumento de que es necesario hacer una política distinta a la de Rajoy y se deben apaciguar las cosas, está dejando excesivo campo libre al independentismo, hasta el punto de la dejación de funciones.

No se ha producido una sola palabra de apoyo al Rey cuando la semana pasada Quim Torra intentó ponerlo en ridículo en Tarragona, lo que no logró porque don Felipe sabe cómo lidiar esos toros. Y tampoco ha habido reacción del gobierno de España para neutralizar ante las instituciones europeas la elección de Meritxell Serret como delegada de la Generalitat. Ha sido González Pons quien, motu proprio, ha enviado una carta a todos los responsables de la Comisión y del Parlamento Europeo para explicarles quién es Serret, por qué se encuentra en Bruselas y por qué no puede regresar a España: es una prófuga de la Justicia.

En una visita de Quim Torra a Washington, eran tantas las barbaridades que estaba diciendo sobre España, que en un acto del presidente de la Generalitat el embajador Pedro Morenés se vio obligado a explicar al público, detalladamente, cual es la situación de Cataluña en España, para desmontar sus mentiras. Furioso, Torra y sus acompañantes abandonaron la sala. ¿Ha habido respaldado incondicional del gobierno al embajador, a punto de ser cesado pero todavía representante del Gobierno en Estados Unidos? Sólo el del ministro Josep Borrell. Sánchez ha dicho que no hay presos políticos en España y, respecto a Morenés, que "no vamos a buscar la confrontación". No quiere problemas, confrontación, con los independentistas. Pues que les entregue la independencia en bandeja, si es lo que considera que le garantiza mantenerse en el gobierno. Afortunadamente hay gente en su partido que no comparte, ni de lejos, la posición del presidente.

Los independentistas, aparte de nombrar al Rey persona non grata en Gerona, convocaron todo tipo de revueltas para envenenar el acto de la Fundación Princesa de Gerona que debían presidir los Reyes. Si pensaban que don Felipe se iba a achantar es que no conocen al Rey. Igual que hizo en Tarragona, acudió con la misma seguridad que si le hubieran puesto la alfombra roja. Insistió en su compromiso con los principios de la Fundación y con una Cataluña de todos, aparte de defender la Constitución.

Era lo que tenía que hacer y lo hizo. Otros se ponen de perfil cuando más se necesita que den la cara.

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