Gafas de cerca

Tacho Rufino

jirufino@grupojoly.com

Raphael resiste, ¡gloria a él!

Las autoridades, cansadas y de perfil, entregan el testigo a los ciudadanos, infantilizados

Encaramos el segundo tercio de las fiestas, el que va de la verdadera Navidad a la traca de Fin de Año, que a su vez abrirá la puerta al tercero, ya en 2022: a la semana de la vorágine de las últimas compras antes del día de Reyes. Nada es para siempre, y los tiempos cambian en sus apariencias. Love Actually ha desbancado definitivamente a Qué bello es vivir como película estrella del espíritu navideño, y Mariah Carey y su All I want for Christmas is you ha hecho lo propio con El Chiquirritín y el surrealismo entrañable de los peces que beben en el río. Raphael, ese portento de Linares que fue el Cliff Richards español del tardofranquismo, la Transición y aún hoy, se mantiene en los programas de mesa camilla tras el festín, aunque ya no de protagonista. Y transita de anfitrión de otros cantantes a invitado de Ana Torroja, con la que se muestra compasivo en un dueto desigual hasta decir basta. Eso es fair play y espíritu navideño; la entrega del testigo por parte de la figura que declina a otra que, sin ser nueva ni figura, toma la encomienda de un programa de eterno retorno. Una carrera de relevos generacional simbolizada con películas y canciones de toda la vida. De toda la vida de cada uno.

Ha llovido por fin en el sur, y ha llovido bien para los pantanos y para el garbanzo, que sólo quiere agua cuando nace y cuando cuece. El Rey ha dado su discurso, aburrido como debe ser, para gusto de los que lo apoyan frente a quienes auditan, oportunistas, su mensaje navideño, escandalizándose por no haber mencionado a su padre, que este año a casa (no) vuelve, (no) vuelve por Navidad. Las autoridades se van poniendo de perfil, y apelan a la responsabilidad individual porque los ciudadanos, sin diferencia de clase y condición, nos pasamos las prevenciones por el forro. El virus no sólo ha conseguido que algunos vivan una verdadera Navidad en familia, sino que en su invasión callada, errabunda y mutante te pone claro que, si no tienes amigos contagiados en estos días es porque, ay, no tienes amigos.

Las cabalgatas de la tarde previa a la noche de los Reyes Magos no se suspenden, porque el pan y circo -roscón y desfile- se impone a la precaución. Nos sentimos blindados por habernos puesto la pauta completa de vacunas, y no nos falta razón: los nuevos contagios, las hospitalizaciones y las muertes por Covid-19 ómicron arrojan una apabullante mayoría de afectados que no están vacunados frente a los que nos dimos el chute salvador, que estamos más protegidos y protegemos más a los demás. Raphael va por su cuenta, incombustible.

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